Cerradura NÚmero Cinco: Reconociendo Lo No Reconocido

 

En Génesis 42, en la historia de José, leemos sobre su primer encuentro con sus hermanos:

Y José cuando vio a sus hermanos los conoció; más hizo como que no les conocía, y les habló ásperamente y les dijo: ¿De dónde habéis venido? Ellos respondieron: De la tierra de Canaán, para comprar alimentos.[1]

En el texto inglés, nada nos sorprende tanto como esta respuesta tan extraña. Sin embargo, cuando leemos este versículo en hebreo, descubrimos aquí una cosa asombrosa: El verbo para ‘les reconoció’ (וַיַּכִּרֵם), y el verbo para ‘como si no les conociera’ (וַיִּתְנַכֵּר אֲלֵיהֶם) derivan de una misma raíz. ¿Te lo imaginas? Estas dos acciones, no solo son muy diferentes, y en un sentido, completamente opuestas: –“reconocer” y “desconocer”– son expresados con los verbos derivados de una misma raíz. No hace falta decirlo, es imposible traducirlo adecuadamente e incluso es casi imposible de explicarlo.

Increíblemente esto es un precioso ejemplo de lo profundo y multifacético que es el lenguaje hebreo –lo profunda que es Su Palabra–. El hebreo bíblico es principalmente un lenguaje verbal y los verbos derivan de las raíces. Las raíces son grupos de consonantes que contienen la “esencia” del significado de la palabra. La mayoría de los verbos en hebreo están formados por esta raíz tri-consonante mediante un cambio de vocales, y añadiendo diferentes prefijos y sufijos, se forman las diferentes derivaciones. Según sea su derivación (binyan) los verbos con una misma raíz pueden tener significados muy diferentes, tal como tenemos aquí, en nuestro texto. Aún y así siendo derivados de una misma raíz, todos tienen algo en común, todos se refieren a una misma “esencia”.

Sí, José se hizo el desconocido, sí, él era irreconocible, a pesar de su disfraz, esta sorprendente raíz de reconocer y desconocer toca los corazones de los hermanos con algo dolorosamente familiar. No es de extrañar, desde el mismo primer encuentro con el virrey egipcio, ellos sabían que todo se trataba de José, incluso cuando parecía no haber conexión alguna entre las historias. No es de extrañar, después de la acusación de José, y a pesar de la completa falta de lógica y la ausencia total de cualquier conexión entre la acusación y la demanda de que trajesen a su hermano menor, se dijeron el uno al otro: verdaderamente hemos pecado contra nuestro hermano, pues vimos la angustia de su alma cuando nos rogaba, y no le escuchamos; por eso ha venido sobre nosotros esta angustia.[2] El espíritu de Dios estaba tocando sus corazones y sus corazones ardían aunque sus ojos no pudiesen reconocerle –y esta completa e increíble dinámica está reflejada en estos dos verbos–, opuestos en su significado pero derivados de una misma raíz: hikir – hitnaker.

Es difícil encontrar una expresión más hermosa y profunda sobre el Mesías Oculto en la Torá. He estado pensando, orando y escribiendo sobre el Mesías Oculto durante años, pero cuando descubrí estas palabras, de nuevo me quedé llena de admiración –humildemente sobrecogida ante la inexplicable profundidad de Su Palabra–. Esta interacción entre hikir y hitnaker –entre “reconocer” y “hacerse el desconocido”– a pesar de estar perdido en la traducción, es increíblemente profundo. ¿Podían los hermanos haber reconocido a José desde el principio? ¿Debían haberle reconocido desde el primer momento? El hecho de que él ‘hizo como si no les conociese’, significa que no quería que le reconocieran, ¿correcto? De otra manera, su plan completo de traerlos a todos al arrepentimiento, basado en que trajeran a Benjamín hacia él, se hubiese arruinado. Conocemos la historia. Sabemos que no se suponía que ellos le reconociesen, aún y así esta raíz común, esta esencia común nos dice que el misterio es aún más profundo de lo que pensamos. José estaba oculto, sin embargo, él hizo como “si se ocultase”. Él se hizo el desconocido; no quería que le reconocieran, aunque sus corazones percibieron lo que sus ojos no hicieron.

Y esto nos trae de vuelta a nuestra historia –a la historia de los “corazones ardiendo” y los “ojos cegados”; a la historia del capítulo de transición; a la historia de Emmaús. Hay paralelismos sorprendentes entre estas historias que no podemos ignorar. Y desde luego, el primer paralelismo es obvio: en ambas historias, Él sabe quiénes son, pero ellos no, ellos no le reconocen. Sobre todo, si comparamos las frases en hebreo, encontramos que las mismas expresiones son utilizadas en ambos casos: en Génesis 42:8 y en Lucas 24:16 וְהֵ֖ם לֹ֥א הִכִּרֻֽהוּ – ellos no le (a él) reconocieron. Por eso, la historia de José presagia el mismo misterio del Mesías Oculto, tal como la historia de Emmaús nos da igualmente la llave.

Hablando de llaves –en nuestro post de la Llave Número Cinco–, aprendimos que la única vez en toda la Septuaginta donde dice “y sus ojos fueron abiertos” ocurrió de la misma manera y con las mismas palabras tal como encontramos en Lucas: δε διηνοιχθησαν οι οφθαλμοι, fue en el tercer capítulo del Libro de Génesis, en una de las más dramáticas escenas de las Escrituras. Cuando Adán y Eva (Hava) pecaron –cuando ellos transgredieron el mandato que Dios les dio y comieron del fruto del Árbol del Conocimiento–; cuando todo cambió y todo fue girado al revés; en ese momento fatal de la creación –“sus ojos fueron abiertos…” [3] Adán y Eva, quienes hasta entonces habían visto a Dios tal cual era –y lo vieron todo solo a la luz de Su realidad– comenzaron a ver el mundo con una visión nublada y pecaminosa, la cual, desde entonces, llegó a ser y ha permanecido como la visión real de la humanidad. Ellos abandonaron Su presencia –y sus ojos fueron abiertos a este mundo–.

Si aplicamos esta llave a la sorprendente dinámica de Hikir-Hitnaker, tal como se explica en la historia de José, comprenderemos que incluso antes de que los ojos de los discípulos fuesen abiertos –esta vez fueron abiertos en dirección opuesta, para ver aquello que es invisible a la visión humana común– sus corazones fueron tocados con un destello de identificación, tal como les sucedió a los hermanos de José.

Una vez más, esta raíz común, esta “esencia” común de los dos verbos “reconocer” y “disimular”, nos dice que este misterio es mucho más profundo de lo que pensamos. Sí, Yeshua parece ser un extraño para ellos, y sí, no pueden reconocerle; pero el misterio del Mesías Oculto, el misterio de Hikir–Hitnaker, se desvela aquí, y por lo tanto, este Extraño toca los corazones de los discípulos mediante algo maravillosamente familiar –y sus corazones tiemblan bajo su toque–. El Irreconocible enciende en ellos la chispa de identificación de su propio destino –de esa realidad pre-Caída cuando el hombre todavía podía ver a Dios–. Esa es la causa de que sus corazones ardiesen al unísono. Todos tenemos esa “promesa del Espíritu”[4] en nosotros, que es la causa de que nuestros corazones ardan cuando Dios está cerca –aún cuando nuestros ojos estén velados y no podamos reconocerle–.

La próxima semana, resumiremos todas estas ideas que hemos comentado hasta hoy, y examinaremos las lecciones y las conclusiones de la serie del Mesías Oculto.

 

 

[1] Génesis 42:7

[2] Génesis 42:21

[3] Génesis 3:7

[4] I Corintios 5:5

About the author

Julia BlumJulia is a teacher and an author of several books on biblical topics. She teaches two biblical courses at the Israel Institute of Biblical Studies, “Discovering the Hebrew Bible” and “Jewish Background of the New Testament”, and writes Hebrew insights for these courses.

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  1. Ángel de Jesús Galán Caballero

    Hermana JULIA:
    Ciertamente estudiar la PALABRA DE DIOS, en cuanto Revelada es «como si estudiásemos a Dios mismo». Es muy atrevida mi afirmación, Pero es así. Por eso cuanto más estudiamos, leemos, meditamos esa PALABRA , mejor conocemos a DIOS y que quiere de nosotros. Luego está el Espíritu que puede servirse de
    de quien quiere, inculto, analfabeto, sin don de palabra,cobarde,pecador… para revelarse-le. Quienes han recibido el Espíritu del Señor mediante la Gracia de la iluminación tienen que ser fieles a ese don recibido y «comunicar» ese PALABRA de DIOS. Y quienes han llegado a vislumbrar la revelación del MISTERIO a traves del estudio de la BIBLIA, tienen la obligación de transmitirlo y comunicarlo a los demás. Es lo que usted hace, JULIA. Y yo le agradezco. Porque a través de su estudio, llega a mi una «mejor compresión» del Misterio Oculto en nuestras vidas. HOY 24 – diciembre LA PALABRA se ha hecho carne, habita entre nosotros y nos dice quien me reconoce a mi.. es como si conociese al PADRE . FELIZ NADIDAD 2016

  2. Rafael Buzón Benjumea

    Buenos días Julia:
    Mis comentarios son:
    *** Jose, a mi entender, era reconocible, pero sus hermanos, cada uno individualmente, se hicieron los desconocidos, como mecanismo de defensa: 1.- ante algo que no daban crédito, y para ver si había suerte y no les reconocía, porque podía significar la muerte, al haber todos actuado mal con él.
    – «Verdaderamente hemos pecado contra nuestro hermano, pues vimos la angustia de su alma cuando nos rogaba, y no le escuchamos; por eso ha venido sobre nosotros esta angustia»: La Biblia lo pone todo en un mismo plano, pero pueden existir varios planos distintos: En la Tierra o en el mismo Sheol.
    – Para mi el Sheol, Purgatorio o Tao… es la estancia o el plano donde se purifican nuestros pecados. Se depura todo nuestro Karma con situaciones como la que nos muestra la lectura de José y sus hermanos. Habra incluso ciclos o repeticiones, hasta que todos los implicados aprendamos a hacer solamente en BIEN. Hay un Dios misericordioso, pero también existe la faceta de un Dios justiciero, que vela por la Felicidad de todos, sobre todo de los más débiles. El o los fuertes se comen o abusan del débil. vendrá una situación como esta lectura en la que por el devenir de las situaciones, o ayudado e incluso preparado por el destino, el débil estará en una situación de superioridad para provocar que la angustia que el paso, ahora la sientan los que se la provocaron. ¿Es necesario? «SÍ», es necesario para que los hermanos sintiendo la angustia que les provoca la figura en el poder de su hermano Jose, por la que peligra sus vidas, se posiciones en la piel de Jose el joven. Comprendan lo mal que lo pasó José, lo mal que lo están pasando ellos, y todos valoren la situación como negativa, a la par que sacan una inferencia, como es que esto no se debe volver a repetir. ¿El qué? el abusar de una posición de dominio, ante un inferior.
    Para José también es una prueba: porque en él se va a comprobar la inferencia que acabamos de obtener: va a ser misericordiosos con sus hermanos. Comprobaremos que sí, que el olvida el rencor, y esta siempre abierto al perdón.

    *** En el episodio de Adan y Eva en el Paraiso, a mi modo de ver, el comer del árbol de la ciencia del Bien y del mal, podría suponer que habían terminado sus ciclos en el Sheol, habían formado su alma, en dos vertientes: 1.- estar preparados para llevar a cabo la MISIÓN que Dios les encomendó, y haber obtenido las INFERENCIAS para hacer solamente el BIEN. Y ven con una visión nublada y pecaminosa. Aquí me surge la comparación siguiente: Nosotros hemos creado los Sistemas de Información. Cuando un programador termina de codificar un programa a de probarlo, antes de pasarlo al entorno de explotación. Eso se hace pasando un juego de ensayo construido en datos buenos que el programa a de aceptar, y datos erróneos o malos que el programa a de rechazar.
    Esa visión nublada y pecaminosa, pueden ser el aviso de que te van a tentar con tentaciones pecaminosas que has de saber rechazar. Y que Dios nos pille confesados.

    *** Con los discípulos de Emaus, puede suceder que estuviesen con los ojos cegados por la tristeza, por el sufrimiento, por el dolor de que habíamos crucificado a su Señor. Al Señor de la creación, ellos lo sabían; pero la sociedad, el poder, los que tenían la sartén por el mango, los que decidían y comunicaban, los que estaban cegados por sus creencias que le hacían filtrar cualquier enseñanza de Jesús y como decimos hoy: la archivaban en la papelera.
    – Hoy día que podría ser: ese estar cegados podría ser que solo vemos a nuestros ídolos: lo material, la comodidad, la diversión, el egocentrismo, el egoísmo, el sentirse pueblo o raza elegida, la acaparación de medios justificada por teoría más o menos puritanas, la avaricia, la lujuria en todas sus manifestaciones…
    – Que necesitamos para salir de esta situación: lo que hizo Jesus: abrirles los ojos a través de una catequesis espiritual, mirar a nuestro interior para conocernos a nosotros mismos, y conociéndonos a nosotros mismos conocer a los demás y trabajar todos juntos por el Reino.

    Julia te trasmito nis comentarios
    Un abrazo
    Rafa.

    1. Eric de Jesús Rodríguez Mendoza

      BS»D

      Respetable tu opinión Rafael, sólo que algunos elementos teológicos que tejes pertenecen a otras religiones no-derivadas de la Toráh, y que de hecho se oponen al pensamiento hebreo antiguo: NO existe vida más allá de la muerte, excepto a través de la resurrección de los muertos, y esto para el día del juicio.
      Shalom!

  3. Iván Villalobos

    Saludos!,.. la nota (4) al pie de página es 2 Corintios 5:5 ya que no concuerda con l Corintios 5:5.