La Historia De Isaac E Ismael: Abraham (peshat)

Una solución “perfecta”

La última vez vimos a Abraham recibiendo la maravillosa promesa de Dios en Génesis 15. Así pues, en el capítulo 16 donde empieza la historia de Agar e Ismael, ya conocemos dos cosas importantes sobre Abraham: su fe en Dios y su deseo de tener un hijo. Estas dos cosas no solo definen a Abraham, sino que están enlazadas en su corazón: sí, él desea desesperadamente ser padre, pero también como prueba de fe y obediencia, sabe que ha de tener un hijo.

Por eso, cuando Sara le presenta su “plan Agar”, él ve en ello la solución perfecta para lo que parecía ser un problema sin solución. Sara estaba bien avanzada en años para tener hijos, por eso, evidentemente era incapaz de tener un hijo. Por otra parte, el Señor le había prometido un descendiente “de su propio cuerpo”, era obvio pues, que otra mujer tuviese ese hijo. Sin embargo, si esa mujer era la sirvienta de Sara, su hijo aún sería legalmente considerado como hijo de Sara. Brillante.

¿Puedes imaginar los sentimientos de un anciano de 86 años quien toda su vida había estado sin hijos? —quien no solo durante muchos años había estado soñando con un hijo, sino durante muchas décadas, y ahora finalmente iba a tener un hijo?— Cuan bendecido y orgulloso debía haberse sentido sosteniendo en sus manos esta prueba viviente de la fidelidad de Dios a Sus promesas. Recuerda: aún así sabemos que Ismael no era el hijo de la promesa, Abraham no lo sabía. Durante trece años, desde el momento en que nació, Abraham vio a Ismael como su heredero físico y espiritual. Él amó muchísimo a su hijo, su corazón estaba satisfecho con Ismael, y durante esos alegres años, de alguna manera, un dato “pequeño” se escapó de su atención: Dios ya no le estaba hablando. Fuimos testigos del encuentro de Abraham con Dios en el capítulo 15, cuando él tenía 85 u 86 años. La próxima vez que el Señor se apareció a Abraham fue en el capítulo 17, cuando él tenía 99. Al menos durante trece años no tenemos registro de que Dios hablara con Abraham.

 

Nuevo encuentro

¿Se dio cuenta Abraham de que Dios no había vuelto a hablar con él? Las Escrituras no dicen nada referente a estos trece años en que Ismael fue el único hijo de Abraham. Aún así, cuando el Señor se le aparece a Abraham en el capítulo 17, hay que remarcar que la única cosa que nosotros (y Dios) escuchamos de Abraham en este capítulo, es la súplica por su hijo: Ojalá Ismael viva delante de ti”.[1]

Presta mucha atención: Abraham dijo estas palabras cuando Dios ya le había dicho algo sobre otro hijo. Tal como leemos en el capítulo 17, donde Dios se le aparece a Abraham después de trece años de silencio, vemos que la promesa que sacudió el mundo de Abraham —de que tendría otro hijo—solo viene en el capítulo 16. Sin embargo, fue precedido por un largo discurso, en el cual Dios le contó a Abraham sobre el pacto con él y sus descendientes para siempre. Dentro de los catorce primeros versículos del capítulo 17, la palabra pacto” aparece diez veces; la palabra descendiente” aparece cinco veces y todos estos sucesos ocurren antes del versículo 16 antes de que Abraham escuchara por primera vez que tendría un hijo con Sara. Eso significa que todo este tiempo, mientras escuchaba al Señor hablando sobre el pacto y los descendientes, Abraham obviamente piensa en Ismael, porque hasta ese momento, no tiene ningún otro descendiente. Entonces llegaron las últimas noticias de Génesis 17:16: “Dijo también Dios a Abraham: A Sarai tu mujer…Y la bendeciré, y también te daré de ella hijo—personalmente no creo que Abraham estuviese especialmente emocionado al escuchar esto. Era un hombre viejo, ya tenía un hijo, su corazón y su vida estaban satisfechos con Ismael, e incluso no estaba seguro de desear otro hijo. Estas noticias fueron tan inesperadas, tan inconcebibles y probablemente tan incómodas, que Abraham no tuvo prisa de contárselo a Sara: cuando Sara lo escucha en el capítulo 18, se ríe con la famosa risa para sus adentros”, lo cual muestra claramente que es la primera vez que ella escucha algo así.

 

¿Huésped o huéspedes?

Según comentarios judíos, tan solo habían pasado unos días entre la aparición de Dios a Abraham en el capítulo 17 y Su aparición entre los árboles de Mamre en el capítulo 18. Abraham aún no estaba completamente recuperado después de su circuncisión al final del capítulo 17. La Torá no menciona esto. En su lugar, se nos muestra algo sorprendente, que en mi opinión refleja la lucha en el corazón de Abraham después de su encuentro con Dios en el capítulo 17. El famoso comienzo del capítulo 18: “El Señor se le apareció a Abraham” es seguido por la conversación de Abraham con sus huéspedes, y es aquí, en esta conversación, que descubrimos signos de inseguridad en Abraham que están completamente perdidos en la traducción. Mira en el texto hebreo de abajo, incluso si no sabes del todo hebreo, puedes ver por la diferencia de colores que el hebreo aquí cambia del singular (subrayado) al plural (resaltado) —reflejando claramente la inseguridad de Abraham sobre si los visitantes eran humanos o divinos—. Por ejemplo, hay una controversia sobre si Adonai aquí debe ser leído como palabra sagrada, “Señor”,o como una palabra regular en plural “señores”. Creo que justo aquí, justo después del capítulo 17 con las últimas noticias, esta interacción entre singular y plural llega como una expresión de la indecisión y lucha interna de Abraham entre lo natural y lo sobrenatural: si creyó —o si quiso creer— esta promesa sobrenatural.

ג  וַיֹּאמַר:  אֲדֹנָי, אִם-נָא מָצָאתִי חֵן בְּעֵינֶיךָ–אַל-נָא תַעֲבֹר, מֵעַל עַבְדֶּךָ. 3 Señor, si ahora he hallado gracia en tus ojos, te ruego que no pases de tu siervo.
ד  יֻקַּח-נָא מְעַט-מַיִם, וְרַחֲצוּ רַגְלֵיכֶם; וְהִשָּׁעֲנוּ, תַּחַת הָעֵץ. Que se traiga ahora un poco de agua, y lavad vuestros pies; y recostaos debajo de un árbol,
ה  וְאֶקְחָה פַת-לֶחֶם וְסַעֲדוּ לִבְּכֶם, אַחַר תַּעֲבֹרוּ–כִּי-עַל-כֵּן עֲבַרְתֶּם, עַל-עַבְדְּכֶם; וַיֹּאמְרוּ, כֵּן תַּעֲשֶׂה כַּאֲשֶׁר דִּבַּרְתָּ. 5 y traeré un bocado de pan, y sustentad vuestro corazón, y después pasaréis; pues por eso habéis pasado cerca de vuestro siervo. Y ellos dijeron: Haz así como has dicho.

Por favor, no me malinterpretes. No estoy diciendo que Abraham no estaba feliz con el nacimiento de Isaac o que él no amaba a su hijo pequeño. Desde luego, él amó a Isaac; no hay ninguna duda sobre ello. Sin embargo, él había amado a Ismael durante trece años antes de escuchar algo sobre Isaac, y durante esos trece años, no había esperado que nadie más ocupase su lugar. Trece años es un tiempo muy largo, y durante todo ese tiempo, Ismael había sido su único hijo y heredero. Desde luego, después de este nacimiento sobrenatural de Isaac, Abraham supo, más allá de cualquier duda, qué hijo había de ser el hijo de la promesa; pero necesitamos recordar que él todavía amaba mucho a Ismael, y este es el lazo —el lazo de su enorme amor hacia ambos hijos y del plan de Dios— el cual intentamos desvelar aquí.

 

 

Extractos de mi libro “Abraham had two sons” están incluidos en este artículo, por eso, si te gustó el artículo, también podrías disfrutar del libro. Da clic aquí para obtener una muestra gratis:  https://blog.israelbiblicalstudies.com/julia-blum/   

[1] Génesis 17:18

About the author

Julia BlumJulia is a teacher and an author of several books on biblical topics. She teaches two biblical courses at the Israel Institute of Biblical Studies, “Discovering the Hebrew Bible” and “Jewish Background of the New Testament”, and writes Hebrew insights for these courses.

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