Llave NÚmero Cuatro: BendiciÓn Del Pan

La última vez que vimos esto, los dos discípulos “impidieron” la marcha de Yeshúa, “Él entró y se quedó con ellos”. Después leemos:

Lucas 24:30 Y aconteció que estando Él sentado a la mesa con ellos, tomó el pan y lo bendijo, lo partió y se lo dio a ellos.

Lucas 24:31 Entonces sus ojos fueron abiertos y le reconocieron; más Él desapareció de su vista.

En primer lugar, entendamos cómo esta comida se veía desde el punto de vista tradicional judío. Compartir la comida siempre ha sido muy importante en la vida de la comunidad judía. Al principio de la comida, la bendición tradicional siempre se dice cuando se parte el pan:Barúj atá Adonái elohénu Mélej há-olám há-motzí léjem mín há-áretz”.Bendito seas, Señor Dios nuestro, Rey del Universo, que sacas el pan de la tierra”.

Ya que era la semana de la Pascua, habría sido matzá, no el pan normal, por lo que se habría añadido la bendición del matzá: “Bendito eres Señor nuestro Dios, Rey del Universo que nos santificas por medio de tus mandamientos y nos ordenas comer matzá”.

Quien recitaba la bendición, lo hacía mientras literalmente partía el pan –exactamente como Yeshúa hizo–. En este sentido era una comida judía tradicional de Jól Há-Moéd (Semana de Pascua). ¿Lo era?

En el Talmúd de Babilonia leemos: “El anfitrión debe partir el pan” (Berakoth 46). En la tradición judía, el anfitrión –la cabeza de familia– es el que siempre bendice y parte el pan. Los forasteros que son invitados a la comida, normalmente esperan las instrucciones del anfitrión y silenciosamente reciben lo que se les pone delante.

Sin embargo, eso no es lo que vemos aquí. Es evidente que este no era un invitado habitual. En lugar de esperar las directrices del anfitrión, este forastero está tomando el lugar de él: ¡Él está diciendo la bendición y partiendo el pan! Podemos imaginar cómo este comportamiento debía haber llamado la atención de todos los de la casa. ¿De dónde le vino esta autoridad?

Aquí me gustaría citar un pasaje de los Rollos del Mar Muerto. Los sectarios de Qumrán parecían creer en un Salvador eterno (creían que era Melquisedec) el cual vendría como hombre y era reconocido por ellos como el Maestro de Justicia. El Maestro de Justicia era un sacerdote. Vamos a dar una mirada a un documento fragmentado del 1QSa (algunas veces llamado la Norma Mesiánica) y ver qué dice este texto sobre el Sacerdote; [el Mes]ías de Israel deberá [entrar] …y [nadie deberá extender] su mano al primer fruto… antes que el Sacerdote, porque [él es quien ben]dice el primer fruto del pan y del vino nuevo… …  (columna 2, línea 18-21).

Nadie deberá extender su mano para bendecir el pan’: esto significa que, en los días de Yeshúa había conocimiento de que cuando el Mesías viniese, nadie debería extender la mano para bendecir el pan antes que Él. La autoridad para bendecir el pan primero, claramente pertenecía al anfitrión o al Mesías. Y cuando en nuestra historia, este forastero actuó en la casa como «si tuviese esa autoridad»,[1] podemos imaginar que, a pesar de que la vista de los discípulos estaba refrenada, sus corazones, que habían estado ardiendo todo el camino, ahora estaban llenos de excitación y de anticipación. Su comportamiento era una señal definitiva para ellos de su dignidad mesiánica.

Pero hay algo aún más significativo sucediendo aquí –algo que los esenios no sabían y que los discípulos aún no habían entendido– pero Lucas lo deja muy claro para nosotros aquí. No hay duda de que, incluso en la tradición cristiana primitiva, la bendición del pan era un recordatorio de la última cena que Yeshúa tuvo con sus discípulos antes de su muerte, y por lo tanto de sus sufrimientos –y esto es algo que Lucas está realmente enfatizando aquí–: que Yeshúa sea reconocido mientras bendice el pan significa que el Mesías ha de ser reconocido por su sufrimiento. Es muy característico que Lucas introduzca el concepto del Mesías sufriente de manera muy fuerte, en el cuerpo de sus escritos. La expresión para: Cristo sufriente –παθειν τον Χριστον– aparece cinco veces en Lucas-Hechos: Lucas. 24:26, 24:46, Hechos 3:18, 17:3, 26:23. Sorprendentemente, aunque también encontramos la palabra sufrir (παθειν) en los otros Evangelios, nunca lo encontramos en conjunción con la palabra ‘Mesías’. Lucas es el único que desarrolla este concepto en relación con el Mesías; es el único evangelista que explícitamente dice que el Mesías ha de sufrir. En su sermón de Pentecostés, en Hechos 2:36, Pedro dice: “Dios ha hecho a este Jesús, a quien vosotros crucificasteis, ambos, Señor y Cristo,” queriendo decir que Dios ha hecho a Yeshúa, ambos, Señor y Mesías mediante Él siendo crucificado y resucitado de los muertos. El mesianismo de Yeshúa solo se hizo real (y reconocible) después y a través de su sufrimiento y de su resurrección.

Por lo tanto, antes de proseguir con el segundo volumen de su obra, Lucas nos proporciona otra importante llave para la historia completa de Yeshúa y su mesianismo. Esta es nuestra llave para hoy, LLAVE NÚMERO CUATRO: Yeshúa es reconocido  mientras parte el pan y esta es la señal de: 1) Su dignidad mesiánica y 2) Su sufrimiento.  Primero, su autoridad en la casa al ocupar el lugar del anfitrión y bendecir el pan era evidencia y prueba de que era el verdadero Mesías sentado entre ellos; entonces la bendición del pan les recordó la Última Cena y su sufrimiento. Es muy significativo que al principio de nuestra historia, después de que Yeshúa reprendiera a sus discípulos por su falta de comprensión, Él haya comenzado su sesión de enseñanza del Tanáj con sus palabras características: “¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas y que entrara en su gloria?” El Mesías tenía que sufrir –y solo entonces llegaría el tiempo señalado para que su mesianismo fuese revelado–.

[1] Marcos 1:22

About the author

Julia BlumJulia is a teacher and an author of several books on biblical topics. She teaches two biblical courses at the Israel Institute of Biblical Studies, “Discovering the Hebrew Bible” and “Jewish Background of the New Testament”, and writes Hebrew insights for these courses.

You might also be interested in:

Evidencia De Cosas No Vistas

Por Julia Blum

José Y Sus Hermanos – Y La...

Por Julia Blum

Join the conversation (2 comments)

Deja un comentario

  1. Mauricio Sanchez.

    Bendiciones, Aprecio muchicimo la historia Judia mayormente en los tiempos de Jesus. Amo la verdad de este tiempo por que es la verdad de Dios. y de todos los tiempos.

  2. Arturo Pedraza

    Exelente comentario y narracion de las costumbres judias definitivamente hay que comprender el entorno judio de Yeshua para entender su mensaje