El MesÍas Oculto Y Revelado En Lucas-hechos (2)

 

Como ya hemos visto en el Evangelio de Lucas, de forma continua Jesús prohíbe a sus conciudadanos hablar de su condición mesiánica y de sus milagros. Por otra parte, en el libro de Los Hechos, desde el principio, Pedro proclama en alta voz el mesianismo de Jesús a toda la casa de Israel. Nada más se oculta en Hechos: la condición mesiánica de Jesús es declarada públicamente y en voz alta.

Con  el fin de explicar este cambio repentino, necesitamos sugerir dos cosas: primero, que algún acontecimiento crucial sucedió entre estas dos partes y segundo, que por alguna razón, después de este evento se reveló el mesianismo de Jesús. Todos sabemos la respuesta obvia de la primera parte: el evento crucial que sucedió entre la parte principal del Evangelio y Los Hechos fue la crucifixión y resurrección de Jesús. Entonces, nuestra pregunta podría ser: ¿por qué? ¿Por qué su muerte y resurrección se convierten en una clara frontera, como una línea divisoria tan obvia entre un “antes” y un “después”? ¿Por qué Jesús tenía que permanecer oculto durante su vida terrenal, para tan solo ser revelado después de su resurrección?

Sé que muchos de ustedes están aguardando paciente (o impacientemente) una respuesta. Llegará a su debido tiempo. ¿Se han dado cuenta que hay una llave en las imágenes de estos posts? Definitivamente, vamos a necesitar una llave para desbloquear este misterio. Demos gracias que Lucas proveyó de esta llave y vamos a utilizarla a partir de la próxima semana. De momento, vamos a finalizar la construcción del caso y describir el misterio que tenemos que desbloquear.

*          *          *
Para Lucas, el tema de la revelación de un secreto oculto es muy importante. Por ejemplo, la declaración: no hay secreto que no haya de ser revelado, ocurre solo una vez en Marcos y en Mateo, mientras que en Lucas lo escuchamos dos veces.[1] te doy gracias Padre, Señor del Cielo y la Tierra, que has ocultado estas cosas de los sabios y de los entendidos y lo has revelado a los niños.[2] ¿A qué cosas se refiere Jesús? ¿Se refiere a Su mesianismo?

Lucas pone estas palabras de Jesús después del regreso de los 72 discípulos. Da las gracias al Padre y luego volviéndose a sus discípulos les dice: “¡Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que vosotros veis y no lo vieron, y escuchar lo que vosotros oís y no lo oyeron”.[3] Esta afirmación parece estar conectada directamente con la primera: Las cosas que muchos profetas y reyes desearon ver… y escuchar –son las mismas cosas que están ocultadas por Dios–.

Permítanme desarrollarlo. Diferentes Tárgumes describen el deseo de los profetas de poder ver los días del Mesías. En el Tárgum Pseudo-Jonathan 49:1 leemos: una vez que la Gloria de la Shejiná del Señor fue revelada, el tiempo en que el Mesías estaba destinado a venir, estaba escondido de él. El Tárgum Neofiti ligeramente lo parafrasea así: tan pronto como el misterio le fue revelado, le fue escondido. Acabamos de ver que, a pesar de las fechas tardías de estos textos, ellos a menudo reflejan las ideas y expectativas del judaísmo respecto al Segundo Templo. Naturalmente es de suponer, que Jesús estaba familiarizado con estas ideas religiosas. Después de sus palabras en Lucas 10:21-22 Jesús se dirige a sus discípulos en privado refiriéndose a una idea común de su tiempo: que los reyes y profetas estaban esperando los días del Mesías –esperando ver y escuchar lo que ellos estaban viendo y escuchando– y ahora estos días tan esperados están pasando justo frente a sus ojos. ¡El Mesías ha llegado!

Sin embargo, si el Mesías ha llegado delante de sus ojos, ¿cuál es el secreto entonces? ¿Por qué todo este tema de oculto continúa siendo importante para Lucas? ¿Y cuáles son las cosas ocultas por las que Jesús agradece al Padre?

Aquí me gustaría citar otra vez algunos escritos rabínicos: “Nuestros Maestros enseñaron: Cuando el Rey Mesías aparezca se posará sobre la cúspide del Templo y hará una proclamación a Israel diciendo: A los mansos, el día de vuestra redención ha llegado”.

¿A que les recuerda esto? Creo que la respuesta es obvia. Suena muy similar a la descripción de la tentación de Jesús:

Lucas 4:9 Entonces le llevó a Jerusalén y le puso sobre el pináculo del Templo y le dijo: “Si Tú eres el Hijo de Dios, tírate de aquí abajo”.

Durante unos años, me he estado preguntando sobre la extraña naturaleza de esta tentación –tercera en Lucas o segunda en Mateo–. En las otras dos tentaciones, Jesús es tentado por algo muy comprensible, por el pan y por el poder –pero aquí Satán ni siquiera dice lo que ofrece–. “Tírate desde aquí”. ¿Qué es en realidad por lo que Jesús está siendo tentado? Si esto tuviese sentido Él no hubiese muerto. ¿Cuál sería su recompensa? ¿Qué tentación hay?

El pasaje que acabamos de leer está tomado de Piska 36 del tratado de Pesikta Rabbati[4]Lean de nuevo Lucas 4:9 y a la luz del texto rabínico, probablemente estarán de acuerdo en que Jesús fue tentado a revelarse a sí mismo como el Rey Mesías antes del tiempo señalado.

Ahora junto con Jesús –quien justamente había vencido la tentación–podemos entrar en la sinagoga de Nazareth, en este mismo capítulo 4. Hasta ahora, cada vez que en este Evangelio, cuando alguna noticia celestial era revelada a varias personas elegidas, la recibían –como los pastores, que se levantaron e inmediatamente fueron a Belén–. Pero aquí vemos algo muy diferente: Jesús está abriendo el rollo de Isaías, leyendo palabras sorprendentes, proclamando las buena nuevas y trayendo un mensaje del Cielo –pero la gente que había congregada no era capaz de recibir su mensaje–.  Aunque los ojos de los que estaban en la sinagoga, estaban fijos en Él, sobre la gente había un velo de separación entre ver y entender el misterio de Su mesianismo: como Mesías, Él permanece “oculto” de ellos y para ellos. ¿Por qué? Esta es otra pieza de este gran rompecabezas, otro destello del misterio de Jesús al no ser reconocido por su propia gente: Jesús vino a los suyos y los suyos no le recibieron. Necesitamos desbloquear este misterio –y eso significa que a partir de ahora necesitaremos la llave–.

 

 

[1] Lucas 8:17. Lucas 12:2

[2] Lucas 10:21

[3] Lucas 10:24

[4] Este Midrásh fue compuesto mucho más tarde, por supuesto, pero otra vez, una gran parte de las ideas y expectativas reflejadas aquí, pertenecen al judaísmo del Segundo Templo. El origen de todo el material viene de la Tierra de Israel. Las opiniones de los expertos modernos tienden a basarse en el Pesikta Rabbati como una obra palestina del siglo VI o VII.

About the author

Julia BlumJulia is a teacher and an author of several books on biblical topics. She teaches two biblical courses at the Israel Institute of Biblical Studies, “Discovering the Hebrew Bible” and “Jewish Background of the New Testament”, and writes Hebrew insights for these courses.

You might also be interested in:

Evidencia De Cosas No Vistas

Por Julia Blum

José Y Sus Hermanos – Y La...

Por Julia Blum

Join the conversation (No comments yet)

Deja un comentario