Pascua 2020: Recordando Los Milagros – Rogando Por Milagros

¡Shalóm y Jág Saméaj, queridos amigos! Estoy publicando este artículo el miércoles (8 de abril) justo pocas horas antes de Pascua —la Pascua más anormal de nuestras vidas—. Debido al aislamiento por el Coronavirus, este año no solo no celebraremos con familiares y amigos, sino que realmente no podremos salir de nuestras casas hasta el martes a las 7 a.m. ¿No les recuerda esto las palabras de Éxodo: «Y ninguno saldrá de las puertas de sus casas hasta por la mañana?».[1]  Intentemos examinar juntos los eventos de aquella noche.

Cuando vea la sangre, pasaré por encima de ustedes

Hace años escribí un guión para una obra sobre Pascua. La obra describe los eventos que tuvieron lugar en Egipto justo antes de Éxodo. El personaje principal es un niño hebreo llamado Avi (diminutivo de Abraham) que tiene un cordero como mascota, el cual es su mejor amigo inseparable y compañero de juegos. Cuando el Señor, por medio de Moisés, da la orden de reservar un cordero para sacrificarlo, la familia de Avi elige ese cordero, posiblemente porque era el mejor, o quizás porque era el único que tenían. La tarde antes de Éxodo, los padres de Avi van a coger el cordero para matarlo, y el niño llorando los persigue todo el rato preguntando: «¿Pero por qué? ¿Por qué él? ¡Es tan bueno, tan blanco, tan limpio, tan puro!». Sus padres respondieron: «Esa es la razón por la que lo escogimos; no tiene mancha, es el único que debe ser usado para el sacrificio. Más adelante entenderás por qué no podemos hacerlo de otro modo y la razón por la cual él debe morir».

Aquella noche, preparados para abandonar Egipto, todos los miembros de la familia, incluido el niño llorando, se sentaron a la mesa para compartir el primer Séder de Pascua en la historia de Israel, de repente hubo un gran silencio. Entonces, primero de una casa, después de otra, escucharon horrorizados los gritos y lamentos. El niño, absolutamente asustado, es arropado por sus padres y cuando el niño mira sus caras, curiosamente esperando una explicación, su madre se lo explica: «¿Ahora entiendes por qué tu cordero tenía que morir? En esta noche, el ángel de la muerte está golpeando a todos los primogénitos de Egipto. Tú eres nuestro primogénito y si no fuera por la sangre del cordero que hay en los dinteles de nuestra puerta, tú también hubieses muerto. Con su muerte te ha dado vida». Con lágrimas en los ojos, el tembloroso Avi dio gracias a Dios por haberle salvado su vida gracias a la sangre de su cordero. «Porque el Señor pasará para golpear a los egipcios; y cuando Él vea la sangre en el dintel y en los postes de la puerta, el Señor pasará por encima y no permitirá al destructor (mash-jít) entrar en sus casas para destruir».[2]

 

¿Destrucción o corrupción?

Ahora, miren la palabra resaltada. En hebreo, el destructor de la historia de Pésaj es mashjít; durante años he estado convencida de que esta raíz tiene que ver con muerte, matar y destruir —como «el destructor» en español—. Aunque cuán grande fue mi sorpresa cuando encontré esta palabra al principio de la Porción de la Torá sobre Noé (antes del castigo —antes del diluvio—): «Así que Dios miró sobre la tierra, y desde luego, estaba corrompida (nish-jetá); toda carne había corrompido (hish-jít) su camino sobre la tierra». ¿Por qué de repente en esta historia que aparece mucho tiempo antes de Pésaj, encontramos una palabra que atrae este sonido tan aterrador de Pésaj, una palabra que suena como si hubiese tenido lugar en la historia de Pésaj?

Este fue uno de mis primeros descubrimientos cuando comencé a leer las Escrituras en hebreo. Aunque sabía muy bien que casi todos los verbos en hebreo podían tener diversas formas (binyaním, «conjugaciones») y en consecuencia, diferentes significados —todavía estaba absolutamente abrumada al haber descubierto que el verbo— (הִשְׁחִית; hishjít),dependiendo de su forma, podía tener cualquiera de estos significados: corromper y destruir.

¿Ven lo que pasa aquí? El lenguaje de la Torá es diferente de cualquier otro lenguaje humano: aquí cada palabra es impregnada con todos los significados futuros —con algo que está por llegar, que no es percibido por el hombre, pero que definitivamente es visto por Dios—. En este punto de la historia de Noé, el castigo y la destrucción —el diluvio— todavía no ha llegado; ni siquiera ha sido prometido aún, la Torá solo nos está contando sobre el pecado y la corrupción, y no sobre el castigo. Sin embargo, aquí mismo, en el mismo comienzo de esta historia —esta aterradora palabra—, השחית, suena como una advertencia severa y sobria sobre un juicio inminente —como una advertencia severa y sobria de que el castigo y la destrucción son consecuencias inevitables del pecado y la corrupción (una advertencia que está completamente perdida en las traducciones)—.

Las dos festividades

Ahora podemos comprender mejor el poderoso simbolismo del pan sin levadura en la Biblia. No se originó en el Nuevo Testamento —lo leemos ya en Éxodo—: «No ofrecerás la sangre de Mi sacrificio con pan leudado»[3]. La sangre del sacrificio y el pan leudado no deben ser mezclados, por eso tenemos esta clara distinción en Levítico 23:5-6: «5 El día 14 del primer mes al atardecer es la Pascua del Señor. 6 Y el día 15 del mismo mes es la festividad de los panes sin levadura para el Señor; siete días comerás pan sin levadura».

Así pues, aunque «desde la destrucción del segundo Templo, cuando la ofrenda del cordero pascual ya no era posible, la Pascua y la festividad de los panes sin levadura se confundieron en la mente de los judíos, y los términos fueron usados por los rabinos indistintamente, pero originalmente y en el plan divino fueron diferentes, aunque en la más intima relación posible el uno con el otro».[4] Vemos que la Torá se refiere a la Pascua el día 14 de Nisán, y a la «festividad de los panes sin levadura» el 15 de Nisán. La festividad de los panes sin levadura comienza al anochecer, cuando el 14 de Nisán llega a ser el 15 de Nisán (los días judíos empiezan hacia la media noche, como ya sabrán). La ofrenda de la Pascua era sacrificada el día 14 y se comía esa noche —el 15— junto con la matzá, al inicio de la festividad de la matzá. El Nuevo Testamento confirma que en tiempos de Jesús, estas dos festividades también fueron distintas. En Marcos 14:1 leemos:

«Dos días después fue la Pascua y la fiesta de los panes sin levadura».

Es este antecedente de la Pascua el que debemos guardar en mente cuando leemos las famosas palabras de Pablo en 1 de Corintios: «Por tanto, purguen la vieja levadura, para que sean nueva masa, ya que realmente no tiene levadura. Porque de hecho, Cristo, nuestra Pascua, es sacrificado por nosotros».[5] La lógica de este versículo aunque parece extraña desde el principio, es perfectamente comprensible en contraste con el antecedente de la Pascua: puesto que el cordero de la Pascua es sacrificado, el pan no tiene levadura. Un lector cristiano moderno, si no sabe nada sobre la Pascua judía, le gustaría leer este versículo solo en sentido simbólico. Sin embargo, originalmente, el Apóstol probablemente se refiere a una práctica muy tradicional de bendikát jamétz —la ceremonia de la «búsqueda de levadura»—, la cual existió en tiempos de Jesús y todavía existe en hogares judíos hoy en día, tanto en Israel como en la diáspora: en el atardecer anterior al día 14 de Nisán, todos los lugares posibles e imposibles de la casa, son inspeccionados para que no tengan migajas ocasionales. Los hogares judíos tienen que estar completamente limpios de cualquier levadura —y este es el cuadro tradicional en el que Pablo basa su simbolismo—.

 

¡JÁG SAMÉAJ, queridos amigos! ¡FELIZ SEMANA SANTA Y FELIZ PASCUA! LES DESEO ALEGRÍA, PAZ, SALUD Y MUCHAS BENDICIONES DURANTE ESTOS DÍAS DE FIESTA Y A TRAVÉS DE TODO EL AÑO.

[1] Éxodo 12:22.

[2] Éxodo 12:23.

[3] Éxodo 23:18.

[4] David Baron, Types, Psalms and Prophecies, Jerusalem,  Keren Ahvah Meshihit, 2000, p. 22

[5] 1 Corintios 5:6,7.

 

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About the author

Julia BlumJulia is a teacher and an author of several books on biblical topics. She teaches two biblical courses at the Israel Institute of Biblical Studies, “Discovering the Hebrew Bible” and “Jewish Background of the New Testament”, and writes Hebrew insights for these courses.

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