52 Los judíos luego disputaron entre ellos, diciendo: “¿Cómo este hombre puede darnos su carne para comer?” 53 Entonces Jesús les dijo, “De verdad, de verdad, Les digo a ustedes, a menos que coman la carne del Hijo del Hombre y beban su sangre, no tienen vida en ustedes. 54 Cualquiera que se alimente de mi carne y beba mi sangre tiene vida eterna, y le levantare en el día final. 55 Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. 56 Cualquiera que se alimente de mi carne y beba mi sangre permanece en mí, y Yo en él. 57 Como me envió el Padre Viviente, y vivo por el Padre, así cualquiera que se alimente de mí, también vivirá por mí. 58 Este es el pan que desciende del cielo, no como el pan que los padres comieron, y murieron. Cualquiera que se alimenta de este pan vivirá para siempre.” 59 Jesús dijo estas cosas en la sinagoga, enseñando en Capernaum. 60 Muchos de sus discípulos, cuando escucharon esto, dijeron, “Esto es una palabra difícil; ¿Quién puede escucharla?”
Debo admitir que por algún tiempo he temido tener que lidiar con este pasaje. La razón no es porque este pasaje ha sido un tema de debates de tiempo prolongado entre círculos Cristianos como el significado de comer el cuerpo y beber la sangre, sino más bien porque regreso a una sensación de intensa disconformidad personal con toda la idea. A causa de esto, empezaré con el ultimo versículo de esta sección (Juan 6.60) donde leemos de una reacción similar de los discípulos de Jesús: “Esto es una palabra difícil; ¿Quién puede escucharla?”
Leyendo esto en retrospectiva, realmente desde una distancia de 2000 años, podemos decir que los discípulos estaban equivocados sobre la segunda parte de su declaración- “¿Quién puede escucharla?” El hecho es que en una forma u otra, todos los seguidores de Cristo alrededor del mundo, verdaderamente han participado en un ritual arraigado en estas simples palabras. Ahora sabemos que mientras sus temores eran comprensibles, no los materializaron. El caso es completamente lo opuesto. No importa como es practicado el ritual, esto continua siendo, si no central, como en las tradiciones Católicas o Cristianas Ortodoxas, esto es al menos muy importante (y en algunos casos también central) para muchas denominaciones Protestantes alrededor del mundo.
Los discípulos tenían razón, sin embargo, era un ¡dicho duro! Puede parecer ofensivo explicar porque esta idea es difícil “de digerir” (juego de palabras). Simplemente hablando, suena como canibalismo. Básicamente el canibalismo es definido como comer carne humana u órganos humanos internos. Esto viene de la palabra del Español Canibales y está pensado para referirse (al menos presuntamente) a las prácticas de comer carne de la gente del Caribe. En realidad cuando los primeros seguidores de Cristo eran todavía una minoría perseguida en el Imperio Romano, junto con otras acusaciones de conductas criminales, los seguidores de Cristo eran también acusados por sus enemigos Romanos de canibalismo. Solo después de un tiempo, los seguidores cristianos primitivos aclararon esta acusación falsa.
Entonces, sí, esto era un dicho duro. Al menos continuo pensando así. Dicho esto, pienso que podemos ver el pasaje en varias maneras. Creo que hay cuatro maneras que podemos plantear este asunto. Cada opinión tiene consecuencias para la forma en que Dios es visto.
Ni el Rey, ni el Padre: Una opinión sería una manera secular de tratar con el pasaje. Podemos ver esta declaración como equivocada o un inoportuno/imprudente dicho. Fue una elección pobre de palabras o una metáfora equivocada. En este caso podría haberse dicho que Dios no es ni Padre, ni Rey; y nuestro planteamiento reflejaría esta creencia.
El Rey, pero no el Padre: Una manera religiosa de tratar con este mismo asunto sería decir, que en lugar de la intensa incomodidad, no deberíamos cuestionar a Dios. Debemos simplemente aceptarlo “como es” sin dudas y dejarlo sin discusión, ¡quienes somos para dudar de la sabiduría de Jesús! En este caso Dios es el Rey, pero no el Padre.
El Padre, pero no el Rey: Un planteamiento religioso liberalizado a esto sería decir: mientras Dios habló a nosotros en su Hijo, necesitamos darnos cuenta que se cometieron errores, pero el espíritu de amor y compasión debería ocupar nuestras mentes y no el hipercrítico análisis minucioso de palabras y detalles. A quien le importa si esto fue carne o sangre, esto podría también haber sido el corazón de Jesús (en lugar de la carne y la sangre). ¡Podría haber sido cualquier otra metáfora que eligiera en ese tiempo! Al final, todo trata de estar cerca de él. En otras palabras, él es el Padre, pero no el Rey.
El Padre y el Rey: Creo que hay otra manera-la manera de la fe y la confianza, ser honesto y usar tu mente. Aquí está como este planteamiento trabaja: Aunque confiamos en Dios quien fuerte y claramente habló en su hijo Jesús, venimos a Él con nuestras dudas, incomodidades, y sospechas, no anulando ninguna de ellas. Como los niños que conocen la misericordia, bondad, y paciencia de su padre; lo ponemos todo delante de él, buscando entender sus pensamientos y lógica, basados en una importante premisa-Él es ambos, bueno y justo. En otras palabras, él es ambos, Rey y Padre.
Seria obvio que mi planteamiento pueda ser mejor descrito como guiado por la sencilla convicción que el Dios de Israel es ambos, Padre y Rey. En las palabras de la famosa oración Judía tradicional, creo que Dios debería ser acercado como “Aveinu Malkeinu”- Nuestro Padre y Nuestro Rey.
Entonces, ¿Jesús cometió un error? ¿Él confundió las metáforas? ¿Fue la falta de su educación griega en retórica que le metió en problemas? Puede adivinar probablemente mi respuesta a esta pregunta con un claro: “No”. Continuaré con este pasaje en la siguiente sección del comentario, esperanzado en otra semana. ¿Cuál es tu opinión? ¿Es un buen planteamiento? Si lo es, ¿entonces por qué? Si no, ¿por qué? ¡Haga sus cometarios ahora!
Muy interesante posición, ya que un solo atributo no podria definir o encajonar a Dios. Por eso el hecho de la ambivalencia del Padre-Rey nos refleja una actitud complementaria ni solo Rey ni solo Padre, como cuando se dice que Jesús es Señor y Salvador.
Eso me hace ver la multi-diversidad de la sabiduría de Dios para manifestarce a la humanidad y poder alcanzar a todos.