Comienzos: La Historia Del Diluvio (1)

El versículo enigmático

Finalmente, después de nuestro largo viaje a través de Génesis 4 y 5, entramos en la historia del diluvio. En el Capítulo 6, vemos el completo fracaso moral de la raza humana. Sin embargo, para muchos lectores, el comienzo de este capítulo presenta uno de los versículos más enigmáticos de la Biblia:

«Los hijos de Dios vieron que las hijas de los hombres eran hermosas, y ellos se casaron con cualquiera que escogían… Los nefilím estuvieron en la tierra en aquellos días —y también después— cuando los hijos de Dios se unieron a las hijas de los hombres y les engendraron hijos. Estos fueron los héroes de la antigüedad, fueron hombres de renombre».[1]

Extraordinariamente, algunas traducciones (empezando por la Biblia King James) usan aquí la palabra «gigantes», en lugar de nefilím: «Hubo gigantes en la tierra en aquellos días».[2]

Entonces para hacer esta historia aún más complicada, las Escrituras también mencionan nefilím después del diluvio: en la conocida historia de Números 13, Moisés envió doce espías a explorar la tierra, y todos los espías, excepto Caleb y Josué, regresaron con malos informes de la tierra que ellos habían explorado diciendo:

«Vimos allí nefilím (los descendientes de Anac son los nefilím). Nos vimos como langostas, y así nos vimos ante sus propios ojos».[3]

Una vez más, la versión King James traduce aquí la palabra nefilím como «gigantes»:

«Y allí vimos a losgigantes, los hijos de Anac, que vienen de los gigantes: y nos vimos como langostas, y también nos vimos así ante ellos».[4]

Durante siglos, los estudiantes de la Biblia han debatido sobre quiénes fueron esos nefilím/gigantes. Como ocurre con muchas historias en las Escrituras, esta historia también gana mucha más claridad cuando la leemos en hebreo.

Los hijos de Dios

Primero, intentaremos comprender quiénes fueron «los hijos de Dios». Las palabras hebreas traducidas como «los hijos de Dios» son (בְנֵי־הָֽאֱלֹהִים֙; b’néi haElohím). ¿Para la Torá significa «ángeles» o simplemente «los hijos de los gobernantes» o «los hijos de los nobles», tal como algunas traducciones judías traducen aquí b’néi haElohím? La «interpretación angelical» (que «los hijos de Dios» fueron ángeles o alguna forma de seres divinos) es casi inexistente en el judaísmo: Tenemos «los hijos de los príncipes» en los Targumím, y «los hijos de los jueces» en los Midrashím.[5] Muchos de ustedes probablemente saben que el nombre (האלהים; haElohím) está en forma plural, y puede ser leído no solo como «Dios», sino también como «dioses» o incluso «señores, gobernantes» y así es exactamente como los comentaristas judíos escogen leer esta palabra en este versículo particular.

Sin embargo, si estudiamos el uso de esta expresión בְנֵי־הָֽאֱלֹהִים֙ en el Tanáj (la Biblia hebrea), vemos un cuadro completamente distinto. No hay mejor comentario de la Biblia que la Biblia misma, y por esa razón compararemos aquí nuestro versículo con otros versículos similares.

La expresión «hijos de Dios» no aparece muchas veces en el Tanáj. La próxima vez que encontramos esta expresión es en Job 1:6: «Ahora hubo un día en que los hijos de Dios llegaron a presentarse delante del Señor, y entre ellos también llegó Satanás». Otra vez tenemos la misma expresión en Job 2:1: «Una vez más hubo un día cuando los hijos de Dios llegaron a presentarse delante del SEÑOR, y Satanás también llegó entre ellos a presentarse delante del SEÑOR».

Nadie cuestiona aquí el significado de «los hijos de Dios»: Estos versículos describen el concilio divino el encuentro en el cielo por eso, los «hijos de Dios» aquí obviamente no son humanos, sino ángeles, quienes se reúnen con Dios. Toma nota que las palabras en hebreo traducidas aquí como «los hijos de Dios», son exactamente las mismas que en Génesis.6:2: (בְּנֵ֣י הָאֱלֹהִ֔ים ; b’néi haElohím).

La siguiente (y la última, al menos en esta forma exacta)[6] referencia a los «hijos de Dios» en el Tanáj, está de nuevo en el libro de Job, en el Capítulo 38. Hablando sobre la creación del universo, Dios está diciendo: «Establecí los fundamentos de la tierra… Cuando las estrellas de la mañana cantaron juntas, y todos los hijos de Dios gritaron de gozo».[7]

De este versículo podemos ver claramente que los hijos de Dios existieron incluso antes de que la tierra fuera creada. Quiere decir que el término: b’néi Elohím en el Antiguo Testamento, es en efecto, una referencia a seres angelicales. Así pues, podemos concluir que «los hijos de Dios» en Génesis 6 se refiere a los ángeles.

Nefilím

Ahora que hemos establecido que «los hijos de Dios» fueron seres celestiales, podemos intentar comprender la historia de los nefilím. El grupo de ángeles que se rebeló contra el Señor llegó a la tierra y tomó mujeres humanas como esposas para tener relaciones ilícitas. El fruto de esas relaciones impías entre ángeles y mujeres humanas fueron los nefilím gigantes— «hombres» con habilidad y fuerza sobrehumana.

El hecho de que los nefilím fueran gigantes es por sí solo una prueba de que su linaje fue sobrehumano. Pero esos gigantes también fueron malvados. ¿Cómo lo sabemos? Es precisamente en este punto que el hebreo nos ayudará. La palabra nefilím probablemente viene de la palabra נפל, caída; un sufijo «im» simplemente añade pluralidad, de ahí que fuesen «los caídos». Habiendo nacido de ángeles caídos, corruptos, satánicos, los nefilím dominaron la tierra y la llenaron con violencia.

Deberías ser consciente de que esta «interpretación angelical» no es muy popular entre el cristianismo moderno. Ya mencioné que es casi inexistente en el judaísmo moderno. Sin embargo, fue completamente diferente en el judaísmo del Segundo Templo. En el judaísmo del Segundo Templo en Génesis 6:1-4, no solo vimos la historia de una rebelión sobrenatural, sino uno de los más importantes versículos de la teología bíblica. Mientras que en Génesis, solo ocupa unos pocos versículos, durante el Periodo del Segundo Templo recibe gran atención, como podemos ver en el Iibro de Enoc, uno de los textos más importantes de ese periodo. La próxima vez intentaremos ver esta historia a través de los lentes del judaísmo del Segundo Templo y entonces bucearemos juntos en las profundas aguas del diluvio.

 

[1] Génesis 6:2,4.

[2] Génesis 6:4.

[3] Números 13:33.

[4] Números 13:33.

[5] Génesis Rabbá 26:5.

[6] En el Salmo 29:1 tenemos (בְּנֵי אֵלִים; B’néi Elím) – hijos de elím.

[7] Job 38:4,7.

Los extractos que lees en estas páginas, son típicos de lo que compartimos con nuestros estudiantes durante las clases DHB (Discovering the Hebrew Bible/Descubriendo la Biblia Hebrea) o WTP (Weekly Torah Portions/Porciones Semanales de la Torá). Si estos artículos te abrieron el apetito por descubrir los tesoros ocultos de la Biblia hebrea, o estudiar en profundidad la Paráshat Shavúa, junto con ideas del Nuevo Testamento, estaré muy feliz en proporcionar más información (y también un descuento de maestro para nuevos estudiantes) respecto a los cursos de eTeacher[1] (juliab@eteachergroup.com).

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[1] Por el momento solo ofrecemos el curso WTP en inglés, mientras que el curso DHB está en español y portugués.

About the author

Julia BlumJulia is a teacher and an author of several books on biblical topics. She teaches two biblical courses at the Israel Institute of Biblical Studies, “Discovering the Hebrew Bible” and “Jewish Background of the New Testament”, and writes Hebrew insights for these courses.

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