El Trono De Dios (ap. 4:3-5)

Y el aspecto del que estaba sentado era semejante a piedra de jaspe y de cornalina; y había alrededor del trono un arco iris, semejante en aspecto a la esmeralda

Cuando comenzamos a considerar la visión que Juan escribió en beneficio de otros que leerán el Apocalipsis, debemos ir al texto que es paralelo a este y leer la descripción verdaderamente fascinante de Ezequiel 1: 26-27:

26 Y sobre la expansión que había sobre sus cabezas se veía la figura de un trono que parecía de piedra de zafiro; y sobre la figura del trono había una semejanza que parecía del hombre sentado sobre él. 27 Y vi apariencia como de bronce refulgente, como apariencia de fuego dentro de ella en derredor, desde el aspecto de sus lomos para arriba; y desde sus lomos para abajo, vi que parecía fuego, y que tenía resplandor alrededor. 28 Como parece el arco iris que está en las nubes el día que llueve, así era el resplandor alrededor. Esta fue la visión de la semejanza de la gloria de Jehová. Y cuando yo la vi, me postré sobre mi rostro, y oí la voz que me hablaba.

Las semejanzas son fascinantes y muy parecidas. Lo que es sorprendente es que no dan impresión de dependencia literaria –lo que significa que Juan leyó lo que Ezequiel escribió y reescribió de su propio material de alguna manera diferente–. En cambio, el nivel de percepción de lo que vieron, y el lenguaje, es tan diferente (aunque está claro que están describiendo algo similar) que la fuerte impresión que el lector (religioso) recibe es que el mismo tipo de visión podría haber sido experimentada por ambos, Ezequiel y el autor del Apocalipsis.

Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y vi sentados en los tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas.

El trono de Dios estaba rodeado de otros veinticuatro tronos con los ancianos coronados (la corona representa la legitimidad) y vestidos de blanco (vestiduras blancas que representan absoluta pureza y santidad). Esta característica no tiene paralelismo con ninguna otra obra apocalíptica judía. La gran pregunta aquí, sin embargo, no es el significado de las coronas y las vestiduras, sino el número de ancianos. ¿Quiénes son las veinticuatro personas celebrando el Concilio Celestial de Dios? En el texto que consideramos con más detalle en Apocalipsis 11:15-19, los veinticuatro ancianos parecen servir como principales adoradores de Dios con la autoridad de mediar como sacerdotes.

15 Y el séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: “Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos”. 16 Y los veinticuatro ancianos que estaban sentados delante de Dios en sus tronos, se postraron sobre sus rostros, y adoraron a Dios 17 diciendo: “Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, el que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu gran poder, y has reinado. 18 Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, a los santos y a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra”. 19 Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto se veía en el templo. Y hubo relámpagos, voces, truenos, un terremoto y grande granizo.

Otro texto que nos muestra a los veinticuatro ancianos en acción se encuentra en Apocalipsis 19:3-5. Ahí leemos que los veinticuatro ancianos eran una parte muy importante de la polifonía de las voces celestiales. Que fueran sacerdotes o no, no está claro:

Y otra vez dijeron: “¡Aleluya! Salvación y honra y gloria y poder son del Señor Dios nuestro”. Y los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron en tierra y adoraron a Dios que estaba sentado en el trono, y decían: “¡Amén! ¡Aleluya!”

Mientras que esto no es seguro, la mejor opción posible para los veinticuatro ancianos alrededor del trono de Dios es la unidad de gobierno en el original y ahora renovado Israel, es decir, doce cabezas de las tribus de Israel más doce cabezas nuevas de Israel –los Apóstoles de Cristo Jesús–.

Independientemente de si la unión entre judíos y el trasfondo del Imperio Romano está a la vista, en ese caso, es posible que los veinticuatro ancianos pudieran tener un paralelismo con los veinticuatro lictores (siervos civiles con derecho y poder para mandar sobre el emperador romano). Dadas las directrices de las siete cartas a las asambleas y sus extensos trasfondos no-judíos (anteriormente respetuosos del dios romano, ahora seguidores del Cristo judío) podría haber sido una atractiva proposición.

Ya fuera que el principio de las visiones nocturnas de Daniel en el capítulo 7,  pudieran dar algo de luz en este salón del trono celestial (v.9), el motivo no está claro, pues no sabemos si los veinticuatro tronos (de los ancianos) están a la vista o si solo dos personajes son los que están en mente (el Anciano de Días y el Hijo del Hombre).

Leemos en Daniel 7:9:

“Y estuve mirando hasta que fueron puestos los tronos, y se sentó un Anciano de días, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia; su trono llama de fuego, y las ruedas del mismo, fuego ardiente”.

Ya en Daniel 7:13-14 se nos menciona la ceremonia de coronación del Hijo del Hombre. Esto apoya el razonamiento asumiendo la pluralidad de tronos en Daniel 7:9, refiriéndose solo a dos tronos:

“Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. 14 “Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio eterno, que nunca pasará, y su reino es uno que nunca será destruido”.

Aquí hay una advertencia que merece ser tomada en cuenta. Las traducciones modernas traducen los veinticuatro tronos tal como acostumbramos a leer el número “veinticuatro”, pero en los manuscritos griegos que conservan la numeración antigua Hebraica invierten la numeración “cuatro y veinte”. Significa la misma cosa, pero el hebraísmo es preservado en algunas traducciones (ver la versión King James, por ejemplo):

“Y alrededor del trono habían cuatro y veinte asientos y en los asientos yo vi cuatro y veinte ancianos sentados, vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas” (Ap.4:4).

Del trono salían relámpagos y truenos, y voces; y delante del trono ardían siete lámparas de fuego, las cuales son los siete espíritus de Dios Y delante del trono había como un mar de vidrio semejante al cristal.

Este texto es extremadamente parecido a la descripción dada en el pasaje que citamos anteriormente en Ezequiel 1:26-27. La Menorá celestial (las siete lámparas de fuego) se muestra aquí como símbolo de los siete espíritus de Dios (ver el comentario anterior en Juan 1:4 donde los espíritus son primeramente mencionados). La gloria del  Anciano de Días se describe en términos de magnificencia del trono celestial y de la sala del trono celestial, si podemos decirlo así, ya que el trono de Dios no es inamovible. Parece existir en algún lugar en particular, pero esencialmente es una carroza-trono viajera del Dios de Israel. Este área de discusión en los estudios judíos, usualmente se refiere a la Merkava (carroza) mística –la experiencia de ver, en este caso, el trono viajero del SEÑOR, el mismísimo Dios.

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Dr. Eli Lizorkin-EyzenbergTo secure your spot in our new course “The Jewish Background of New Testament” - CLICK HERE NOW

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  1. JAIRO ESTEVEZ-BRETON G,

    DIOS LE CONTINUE BENDICIENDO Y GRACIAS

  2. Alexander Castillo P.

    Muy interesante la explicación, das un amplia explicación que me hace meditar. Gracias!

  3. Guadalupe Torres Juárez

    Agradezco!!! Tanto que enseñan y yo aprendo y me fascina, para mí es fascinante saber, comprender y aprender, mil gracias por mandar tan valiosa información, Dios los siga guiando para que siga siendo el maestro de la Biblia ….buenas noches

  4. BORIS LINDAO

    BUEN ARTICULOS , MUCHAS GRACIAS POR HACERLO PÚBLICO

  5. Guillermo Araya Gutiérrez

    No se si el profesor me podría contestar esto: ¿Porqué siempre hablan de la ira de Dios? ¿Porqué siempre hablan de Dios sentado en un trono a veces es de oro, otras veces de piedras preciosas.? ¿Dios tiene los mismos sentimientos del hombre; a veces se enoja, otras está contento; Dios castiga y premia, Dios tiene elegidos, o sea discrimina; Dios necesita oro o piedras preciosas que solo le sirven al hombre, no creo que en el cielo haya riquezas materiales. Yo no soy ateo, creo en una divinidad o fuerza inteligente que maneja el universo y al hombre.

    1. Eric de Jesús Rodríguez Mendoza

      BS»D

      Shalom Guillermo.

      Soy Eric Rodríguez, encargado de la administración del blog para hispanoamérica.

      Creo que es importante hablar un poco sobre la palabra «ira» en hebreo.
      Curiosamente en hebreo decimos es «se estimuló/calentó la nariz» «vayijar ‘af YHWH» = se calentó/estimuló la nariz de YHWH».

      Este hebraísmo es muy especial porque contrario a la ira entendida en occidente, dicho «calentar de la nariz» en hebreo, es la mera reacción «alérgica» al pecado, a la no-santidad. Es como si Dios «oliese» lo que es corruptible y por su propia naturaleza simplemente lo repele.

      Espero que con esta breve descripción se despejen algunas de tus dudas o ideas.

      1. YORLE

        SHALOM , HERMOSA ACLARACION Y SOBRE TODO RESPETO A ABBA KADOSH YHWH

  6. Emilio Puerto

    La tradición judía nos dice que a Dios nadie lo puede ver, y si lo ve la muerte es o era segura(El mismo Jehová en Exodo lo da a entender así) y Jesús le dijo a sus apostoles que al Padre(Dios) nadie lo ha visto jamas. Pero el profeta Daniel nos dice que él vio a un anciano de días con cabellera blanca y vestiduras resplandeciente. El anciano de días descrito por Daniel es el mismo Dios, y Daniel no murió.

    1. Eric de Jesús Rodríguez Mendoza

      BS»D

      Shalom Emilio.

      Sólo te daré algo de orientación:
      El anciano de días es Yehoshúa’ HAmashíaj en su versión visible a las creaturas.

  7. Miguel Angel Perez Ramos

    Excelente trabajo de análisis hermenéutico DR. Eysenberg. Lo felicito.

  8. Daniel Delgado León

    Es la segunda venida del hijo del hombre,Jesucristo. A juzgar a vivos y muertos.

  9. Ivan Villalobos

    Saludos Dr Eli,como siempre agradezco altamente el poder recibir material como este,y,dicho sea de paso,no dejo de sentir algo de asombro a lo que leo en este,en particular,..reconozco que las fuentes a las que he tenido acceso son insuficientes por lo cual,una informacion como esta es muy valiosa,… Agradezco al Eterno por esta facilidad de informacion,.. El Se#or los guarde!!,..Ivan Villalobos,Falcon,Venezuela.

  10. Rev, Nelson Garcia

    Dios le bendiga rica y abundantemente, oro por usted y por su ministerio mi deseo es que Dios le siga bendiciendo y capacitando para bendecir mi vida y la de los demas