¡Mi querido lector! No puedo creer que esté escribiendo el último post de esta serie. Ha sido un largo viaje: publiqué mi primer blog el 16 de Julio del 2016. Se llamó “Como si escondiese su rostro de nosotros” y fue la apertura de esta serie de artículos. Entonces escribí: “Me gustaría comenzar con mi tópico favorito –uno que he estado investigando durante muchos años, escribiendo y orando respecto a: “El Mesías Oculto”–. Pensé que era el principio de una serie de posts breves; honestamente, no estaba segura de que este tópico prendiese el interés de mis lectores durante tanto tiempo. Poco sabía yo de que iba a ser un viaje de medio año, apoyada todo este tiempo por su amable interés y por sus profundos y maravillosos comentarios.
Entonces, ¿qué hemos hecho durante este medio año? Primero, examinamos el “Secreto Mesiánico” del Nuevo Testamento contrapuesto a su trasfondo judío. Después, seguimos con la idea del Mesías “oculto” y “revelado” a través de los dos volúmenes escritos por Lucas. Vimos que hubo un cambio significante entre el Evangelio y Los Hechos, después de la muerte y resurrección de Yeshua: Durante su vida terrenal, en el Evangelio, Yeshua ha estado oculto, escondido y solo después de Su resurrección, en Hechos, Su mesianismo vino a ser, no tan solo conocido por Sus discípulos, sino también abiertamente proclamado desde las azoteas. Esto significa que, aunque Él había estado visible mientras caminó por la tierra de Israel, Su verdadera identidad estaba oculta de Sus conciudadanos porque sus ojos estaban cegados.
¿Por qué y cómo fueron cegados sus ojos? Para responder a esta pregunta, estudiamos las profundas lecciones –las ‘Llaves’ y las ‘Cerraduras’– del capítulo de transición del Evangelio de Lucas (Lucas 24). La historia de Emmaús de Lucas 24 nos muestra muy convincentemente que los ojos de los dos discípulos estaban cegados tan solo por la Soberanía de Dios –porque nadie más puede cegarlos–. Así pués, la historia de Emmaús proporciona una excelente transición del primer al segundo volumen de los escritos de Lucas –desde una era a otra– desde el Mesías visible pero oculto y por lo tanto irreconocible, al Mesías invisible pero revelado. Esta transición vino a ser la lección más importante de esta historia. Lucas lo deja muy claro, no solo hace las cosas visibles de acuerdo con la verdad interna, sino sobre todo, lo visible puede realmente ocultar la verdad invisible. En otras palabras, la verdad esencial solo viene a ser clara cuando el tiempo señalado llega y lo visible se va.
Hablando sobre el Mesías Oculto como parte del Plan de Dios para Israel, regresamos a la historia de José y sus hermanos en el libro del Génesis. Asemejamos la revelación del Mesías con Israel prematuramente, con el mayordomo de José descubriendo la copa en el saco de Benjamín en este punto, diciendo cómo y por qué la copa estaba allí. La prueba creada por José solo podía tener el efecto deseado porque ni Benjamín ni sus hermanos, en aquel momento sabían la verdad. Igualmente el Plan del Señor era únicamente posible porque Israel no conocía este plan. José necesitó la puesta a punto con Benjamín para que sus hermanos se arrepintiesen y fuesen transformados –pero la prueba de los hermanos solo era posible porque el cariño de José por Benjamín permanecía oculto para ellos–. De la misma manera, todas las naciones son probadas con aquello que es más cercano y amado en el corazón de Dios: todos aquellos que han recibido la salvación, gracias a Israel “habiendo sido hechos enemigos por (su) nombre” están siendo puestos a prueba por Israel en la actualidad. Y como en la historia de José, el ‘reconocimiento’ de lo ‘irreconocible’ será posible cuando esta prueba esté completada. Sin embargo, tal como vimos la semana pasada, para que José pudiese dejar ir su llanto oculto, debe haber un Judá que esté dispuesto a dar el primer paso y acercarse a José, y a estar dispuesto a poner su vida por sus hermanos y su padre.
Antes de finalizar este tópico, me gustaría recordarles algo muy intrigante que he descubierto en la historia de José, en el primer encuentro con sus hermanos: El verbo para ‘él les reconoció’, hikir (וַיַּכִּרֵם), el verbo para ‘él hizo como si no les conociese’, hitnaker, (וַיִּתְנַכֵּר אֲלֵיהֶם) son derivados de una misma raíz. Esta conexión entre hiker y hitnaker, entre “reconocido” y “hacerse el desconocido” aunque se ha perdido en la traducción, es increíblemente profunda. Todos conocemos la historia: sabemos que los hermanos no podían, o al menos suponemos que no podían reconocerle, aún y así, esta raíz en común –esta esencia común– nos dice que el misterio es incluso aún mayor de lo que pensamos. José estaba oculto, pero estaba oculto “como si”. Él se hizo el desconocido, no quiso que sus hermanos le reconociesen –aún y así, sus corazones percibieron lo que sus ojos no vieron–.
¿Sobre quién se ha manifestado el brazo del Señor?[1] Aquí hablamos mucho sobre el misterio: el misterio del Mesías estando oculto – disimulado – reconocido – revelado. El misterio del Mesías que fue –y algunas veces todavía es– “como si escondiese su rostro de nosotros”. Este misterio puede ser oculto o revelado. Leemos en Los Cantares de Salomón: Mi amado es como una gacela.[2] Un comentarista judío dice sobre este versículo: Como una gacela aparece y desaparece, así el primer Mesías apareció para Israel y entonces desapareció de su vista.[3] ¿Has sentido alguna vez como si Él apareciese y desapareciese de ti? Yo creo que este es el mensaje del tópico del Mesías Oculto para cada uno de nosotros personalmente: necesitamos recordar siempre que el ‘disimular’ y ‘ocultarse’ del Mesías viene de la misma raíz, como ‘conocer’ y ‘reconocer’ –hitnaker and hikir–.
Ahora estoy trabajando en un libro sobre el Mesías Oculto. Todo lo que ha sido publicado aquí en este blog, lo mismo que otros más que no han sido publicados, estarán en ese libro. Estén al tanto, en un par de semanas podrán pedirlo en mi página web; mientras tanto, pueden revisar mis otros libros aquí: http://readjuliablum.com/
Finalmente, me gustaría terminar esta serie con un poema que escribí hace algunos años como Epílogo para uno de mis libros (Si Tú eres el Hijo de Dios):
PALABRAS PARA JERUSALÉN
He aquí que en el alma de las manos te tengo esculpida;
delante de mí están siempre tus muros.
Isaias 49:16
Cuando el tumulto sobre la tierra fue acallado,
Las lágrimas silenciosas eran rastros en sus lamentos,
Sus muros, en mis manos por siempre grabados,
Preparadas para ser atravesadas con clavos.
Gritos ahogados rompen la quietud de la mañana:
La sangre desciende en esa vigilia de la Pascua;
Y el clavo que atravesó mi palma viva,
Una impresión eterna dejó…
A la luz del sol entre tinieblas, el hombre sin vista no pudo ver,
A los ciegos no les fue dada la percepción,
Que al clavarme en la cruz, aquel clavo,
Hacia tus muros, iba dirigido a ti.
* * *
Ahora ya resucitado, llevo la señal todavía
De esas marcas hechas por la humanidad;
En las palmas de Mis manos tus muros están:
Con aquellas cicatrices oxidadas unido tú estás.
Llenos de envidia y desprecio, indiferentes a ellas,
Los ciegos del mundo, las heridas no recuerdan,
Dirigiendo esos mismos clavos, Oh Jerusalén,
Sin miedo hacia tus murallas.
Una vez más, ellos no saben lo que hacen
A Mí, quien desde donde estoy, todo lo ve:
Cada vez que apuntan a tus muros,
Renuevan el dolor, en las palmas de Mis manos.
[1] Isaías 53:1
[2] Cantar de los Cantares 2:7
[3] Pesikta Rabbati, Piska 15.10
Ese rostro es siempre visible, pero solo con amor.
Aunque seas ciego, seras siempre capaz de ver su rostro,
Pero solo con amor.
Tienes ese amor y te atreves. a mirar su rostro?
Miara su rostro y no le claves esos clavos.
Recuerda es el único hijo de DIOS.
Shalom Julia. Muchas gracias por tus comentarios y por tus plegarias.
Buenas tardes:
Lo siento mucho, pero no habéis entendido nada.
Es como si todos los comentarios , aunque digas lo contrario, estuviesen escritos desde el principio, y el editor hubiese dicho que se tienen que publicar así.
Quizás por eso no se contestan las opiniones de los lectores, el autor se comprometería y tendría que cambiar la historia inicialmente prevista.
Es como si «siempre, todo» chocara contra vuestros «muros».
Gracias por todo.
Un abrazo
Rafa.
PD: Por favor, publicarlo.
BS»D
NO entiendo a qué te refieres Rafael.
Yo soy el encargado de revisar y aprobar los comentarios. Es por esto que sólo podré responder aquellas preguntas que sean distintas de lo que fuere el criterio personal de la Profesora Julia. Luego no sé a qué te refieres con «No habéis entendido nada». Me gustaría que aclarases por favor.
han sido muy buenas tus lecciones… estimada Julia… el tema se presta para profundizar más… espero tu libro…
Excellent!!!! Thank you!!!!
Gloria a Dios como todos los que le amamos has quedado atrapada por el maravilloso Yeshua.
Sencillamente hermoso y cierto todo lo que escribes. Estaré atenta a la publicación del libro. Bendiciones
Gracias infinitas querida profesora por este comentario ya que cada vez tengo la convicción profunda de la misión divina de Jesuscristo quien efectivamente no fue reconocido como el Mesias, pero esto es porque los tiempos internos de las personas, la CONEXION, con el Padre Eterno, aun no estaba lista, dispuesta y lo otro relevante de sus comentarios, es como el el antiguo testamento, para los cristianos, va prefigurando la llegada del Mesias en las historias que usted ha explicado, de nuevo la Conexión, que es ante todo espiritual
Dios le bendiga.. Gracias por compartir la palabra con nosotros. Una pregunta.. Sus libros también están traducidos al español?
BS»D
SHalom María,
Me temo que aún no, gracias por seguirnos 🙂
Extraordinarias meditaciones que quedan esculpidas en corazones de carne, exultantes de sabiduría de lo alto. gratianimus et pedibus de occidente para medio oriente de donde ANTE QUIEN SE VUELVE , SE OCULTA EL ROSTRO , EN INTINERARIOS fehacientemente explicitos aun en nuestros días.