La piscina de Betesda como un centro de curación del dios griego Asclepios (Juan 5)
1 Después subió Jesús a Jerusalén. 2 Y había ahí en Jerusalén, cerca de la puerta de las ovejas, un estanque llamado Betesda, el cual tenía cinco pórticos. 3 En estos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos que esperaban el movimiento de las aguas.
Cuando se llega a determinar el nivel de la credibilidad histórica del Evangelio, la historia que finalizará con la sanación del paralítico, es una de las unidades textuales más fascinantes del Evangelio de Juan. Hasta el descubrimiento del estanque con cinco columnas techadas cerca de la Puerta de las Ovejas (aunque cada cual buscaba un estanque en forma de pentágono, en un principio) muchos no consideraron el Evangelio de Juan históricamente creíble. El Evangelio era mostrado bien alegóricamente (verdadero solo en el sentido similar al de la literatura apocalíptica) o bien inexacto (escrito por alguien que no fuese de Judea y que desconocía completamente la geografía y topografía de Jerusalén). Sin embargo, ambos estanques mencionados en el Evangelio de Juan fueron identificados – el estanque de Betesda en Juan 5:2 y el de Siloé en Juan 9:7. El estanque que se menciona en este capítulo resultó ser de cinco columnas (como se describe en el Evangelio) pero no estructurado en forma de pentágono. Habían cuatro columnas separadas en el centro por otra, así formaban las cinco columnas tal cual eran descritas en el Evangelio.
Es posible que el estanque de Betesda fuese para facilitar las purificaciones con agua en el ceremonial religioso judío, “mikvah”, asociado al Templo de Jerusalén. Pero hay otras opciones interpretativas, que en mi opinión tienen mucho más sentido.
Hay muy buenos motivos para creer que esta estructura situada a una distancia peatonal por detrás de los muros de la ciudad de Jerusalén fue una parte del dios greco-romano de la salud y el bienestar Esculapios, el cual fue bien extendido por los dominios del Imperio Romano. Habían más de 400 “esclepiones”. Esculapios relata los beneficios a través de todo el Imperio, funcionando como centros de salud y dispensadores de la gracia y misericordia del dios hacia los que estaban necesitados.
Esculapios era el dios de la medicina y la salud en la región de la Antigua Grecia. Las hijas místicas del dios, por ejemplo, incluídas la diosa Higeia y Panacea. Podemos escuchar sus nombres griegos en el hablar moderno como “higiene” y “panacea”- conceptos clave asociados hoy en día con la medicina y la salud. Las serpientes fueron atributo del culto a Esculapios en la salud y la sanidad. Incluso, actualmente, uno de los principales símbolos de la medicina moderna es una vara con una serpiente enroscada en ella.
Deténte ahora y piensa por un momento. Si esto es correcto, puede que cambie nuestra percepción de la historia descrita aquí. Como puedes ver, es posible que los ciegos, cojos y paralíticos no estuviesen esperando a que el Dios de Israel les sanase, sino más bien por la gracia sanadora de Esculapios. Antes de empezar a pensar que la reconstrucción de arriba es descabellada, por favor, tenga en cuenta lo siguiente:
En el siglo II de la era cristiana, el apologista Justiniano Mártir menciona de obsesiones populares con Esculapios entre sus contemporáneos, diciendo: “Cuando el Diablo trajo a Esculapios como resucitador de los muertos y sanador de todas las enfermedades, ¿no debería decir que en este tema igualmente él ha imitado las profecías sobre Cristo? (Justiniano Mártir, Dialogo con Triphomenes, el Judío, 69). En una declaración atribuida al siglo II del Sabio Judío Rabbi Akivah, leemos: “Una vez a Akivah se le pidió que explicara por qué las personas afligidas por enfermedades, algunas veces regresan sanas después de una peregrinación al santuario de un ídolo, aunque sea seguro que no tiene poder alguno” (Talmud de Babilonia, Avodah Zara, 55a)”.
El estanque de Betesda/Esculapios (rama de Jerusalén) era probablemente, una parte Helenística de Jerusalén junto con varios otros proyectos como el Teatro Romano, el complejo deportivo romano, los baños romanos y la Fortaleza Romana Antonia (cerca del estanque). Es probable referirse a tal helenización de Jerusalén que los devotos Qumranitas fueran autores del comentario del Profeta Nahúm que escribió: “¿Dónde está el león sin dientes, la cueva de sus cachorros?” (Nahúm 2:12b). La interpretación de esto se refiere a Jerusalén, que se había transformado en habitáculo de los gentiles malvados… (4Qp Nah)”.
En este caso, el estanque de Bethesda (Casa de Misericordia, en hebreo) no tiene nada que ver con el lugar judío, por el contrario, con las instalaciones asociadas al griego Esculapios. Es muy importante señalar que en esta particular sanación, Jesús no manda a lavarse en el estanque (estanque de Betesda), mientras que directamente, envía al ciego a lavarse en el estanque de Siloé (Juan 9:6-7). Parece por lo tanto, que mientras que el estanque de Betesda fue un lugar pagano (Esculapios) el estanque de Siloé estaba conectado con el Templo de Jerusalén. Desde luego, Jerusalén fue el centro religioso judío en los tiempos de Jesús, pero también fue el cuartel general de las ideas helenísticas en Judea que estaba bajo el estricto control de Roma con la Fortaleza Antonia dominando la zona noroeste de la Montaña del Templo.
[… esperaban el movimiento del agua; 4 porque un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque, y agitaba el agua; y el que primero descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese.][1]
Mientras que entre este paréntesis, algunas Biblias modernas todavía incluyen el texto anterior (3b-4) no está incluido en los originales y más fiables manuscritos de que disponemos hoy en día y por lo tanto no debería ser tratado como auténtico. Parece ser que el copista cristiano, no familiarizado con el culto a Esculapios y la relación con el estanque de Betesda, añadió la explicación de que el ángel del Señor removía las aguas, buscando clarificar las cosas al lector. Al final, realmente, acabó enviando a toda una generación de lectores en una dirección errónea de interpretación, perdiendo el verdadero punto de vista.
Contrario a la opinión popular, los antiguos escribas no siempre eran exactos en la preservación de cada jota y tilde del texto que copiaban. No embellececían las cosas, pero desde luego no tenían miedo «para aclarar cuestiones», cuando pensaban «que algo estaba faltando». Por lo tanto el nuevo personaje de esta historia, el ángel del Dios de Israel, se añadió con buena intención por un error del copista. El copista, distinto al autor del Evangelio de Juan, no fue consciente de la identidad de la religión griega de Betesda, lo que le pareció mejor para él solo a partir del texto que tenía delante, sin tener ninguna evidencia del material cultural contemporáneo, tal como la casa de misericordia del Dios de Israel. Simplemente fue un error suyo.
5 Y había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo.6 Cuando Jesús lo vio acostado y supo que llevaba mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres se sano? 7 Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, el otro desciende antes que yo. 8 Jesús le dijo: Toma tu lecho y anda. 9 Y al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su lecho y anduvo.
Los enfermos que a menudo eran vistos en los porches del estanque de Betesda formaban dos tipos. Aquellos que iban a probar suerte allí como parte de su búsqueda en su recorrido de sanación, hacia otra solución como prometida curación y aquellos que ya habían perdido toda esperanza en cualquier otro medio de sanación. En respuesta a la pregunta de Jesús acerca de si quería o no ponerse bien, leemos una respuesta que no fue nada, pero sí alentadora. En las palabras del enfermo “No tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy otro desciende antes que yo”(v 7). El remolino del agua parece que fuera producido cuando el sacerdote de Esculapios, abría las compuertas que conectaban la parte superior con la parte inferior del estanque de Betesda. El agua del departamento superior entonces fluía a la parte baja.
El hombre allí recluido parece haber estado durante mucho tiempo, ya que el Evangelio nos dice en el contexto ser profundamente religioso a pesar del ambiente religioso griego. Era un hombre con una necesidad personal significativa y toda su esperanza se había ido. Esculapios, en la metodología griega, era conocido también no solo por sus poderes sanadores y vivificadores, pero también por su benevolente actitud hacia la gente, los cuales lo hicieron una de las más populares deidades en el mundo greco-romano. Más adelante en la historia, Jesús conocería al hombre que sanó en el Templo de Israel y le avisaría de no continuar en su vida de pecado (algo que encaja perfectamente con la idea de que la piscina de Betesda fue Asclepion).
Esta es una historia poderosa. La enfermedad, símbolo del caos humano, fue llamada al orden por la palabra de Jesús. Justo igual que con el caos previo a la creación, cuando a una voz del Rey Celestial de Israel puso en orden la creación de la misma forma. Ahora, el Hijo real del Rey de Israel vino a la morada pagana (Esculapios) y sanó al judío sin ninguna fórmula mágica ni sortilegios. Jesús, simplemente lo hizo “diciéndole” al hombre que se levantara y caminase. En otras palabras, Jesús curó al hombre de la misma manera que el Dios de Israel una vez creó el mundo – simplemente por el poder de Su palabra hablada.
[1] NASB.
Quién era el dios griego que curaba: Esculapio o (como dice el título del artículo) Asclepio??
BS»D
Shalom Omar. Esculapio es en latín, Asklepios, en griego.
Ese final del análisis es impresionante. La palabra hablada, una palabra verdadera, una palabra como dos filos. El verbo encarnado es una transformación espiritual a la misma vez que convierte a la palabra en un vehículo imprescindible , de justicia y de amor.
Huu que ,buena paráfrasis ,indudablemente histórica y muy buena interpretación de la palabra
me ha gustado mucho esta aclaración sobre la curación de este tullido. Para mi es importante resaltar que la «palabra» creadora es la que cura, la que pone todo en su sitio como en la creación. Fue un descubrimiento leer el comienzo del Ev. de Juan hablando de la «palabra» , ¿ en hebreo Dabar?. No se trata de decir palabras sino de la creación, de la Torá en el Sinaí. Esto es lo que pienso que se quiere resaltar al relatar las curaciones de Jesús.
Dr. Eli.
Que importante es conocer , que existen muchos pasajes en la Biblia con mala traducción. Mi deseo es que muchas personas puedan acceder al estudio.
La pasión de nuestro SEÑOR JESÚS es sanar a los enfermos, en nuestro CRISTO REDENTOR encontramos sanidad,refugio, seguridad,El SEÑOR es nuestro hogar,el amor de DIOS nos infunde confianza si DIOS esta de nuestra parte ¿quién puede estar en contra nuestra por EL nos gozamos en el amor y perdón de DIOS,vivir bajo la gracia es vivir bajo el si de nuestro DIOS PADRE TODOPODEROSO Efesios 3:16-18 «Pido en oración que de sus gloriosos e inagotables recursos,los fortalezca con poder en el ser interior por medio de su Espíritu .Entonces CRISTO habitará en el corazón de ustedes a medida que confíen en El…como corresponde a todo el pueblo de DIOS,cuán ancho,cuán largo,cuán alto y cuán profundo es su