Secreto Mesiánico Del Nuevo Testamento En Contraste Con Su Origen Judío (parte 1)

Shalom amigos,

Mi nombre es Julia Blum. Gracias a las amables y generosas palabras del Dr. Eli en el post anterior, realmente no necesito presentarme porque él ya lo hizo. Tengo el honor y el privilegio de asumir la administración del blog de los Estudios Judíos. Por mis clases ya conozco a algunos de los estudiantes y sé que son un público increíble, maravilloso y emocionante. Estoy muy agradecida con cada uno y espero tener noticias de ustedes. Este blog ha sido un aporte maravilloso para su experiencia con eTeacher, espero y ruego que continúe siendo una bendición para quienes lo siguen.

Me gustaría empezar con mi tema favorito, uno en el que he pasado muchos años investigando, escribiendo y orando: El Mesías Oculto. En la serie de posts que presentaré aquí, veremos primeramente el Secreto Mesiánico del Nuevo Testamento, contrapuesto a su origen judío; a continuación seguiremos la idea del Mesías oculto y revelado en Los Hechos-Lucas, y finalmente, aprenderemos las amplias lecciones del capítulo de transición del Evangelio de Lucas (Lucas 24). Por lo tanto, ¡que empiece el viaje!

El Secreto Mesiánico

“Cualquier discusión sobre… El mesianismo es un asunto delicado ya que es aquí donde el conflicto esencial entre Judaísmo y Cristianismo se ha desarrollado y continúa existiendo”. Ghersom Sholem, escribió para comenzar su famosa Idea Mesiánica en el Judaísmo. A la luz de estas diferencias esenciales, un consenso entre eruditos judíos y cristianos, en relación al llamado secreto mesiánico, irrumpe de manera sorprendente. Los estudiosos de ambas partes reconocen el hecho de que en los Evangelios, Jesús, es representado frecuentemente como buscando mantener un elemento en secreto sobre su propia persona y obra a través de toda la extensión de su ministerio público (algunas veces desalentando abiertamente el uso del título de ‘Mesías’). Esta característica de los Evangelios es bien conocida y ampliamente reconocida; hoy se conoce como el “Secreto Mesiánico” –un término que deriva de un estudio clásico de William Wrede–.

Vamos a echar un vistazo a algunos pasajes donde Jesús prohibió directamente a otros que hablasen de Él como Mesías: Él les dijo: ‘¿Quién dices que soy?’ Pedro respondió y dijo: ‘El Cristo (Mesías) de Dios’. Y Él estrictamente les advirtió y ordenó que no dijesen esto a nadie.[1] Una advertencia similar acompaña todas sus sanaciones en Israel: la purificación del leproso, la resurrección de la hija de Jairo de la muerte y la sanación de los dos hombres ciegos, para nombrar unos pocos. Estas y muchas otras historias van casi inevitablemente acompañadas de un comentario final: Y Él estrictamente les advirtióy les dijo, ‘Mira que no digas nada a nadie’;’[2] pero Él les mandó estrictamente que nadie lo supiese;[3] y Jesús, severamente les advirtió diciendo, ‘miren que nadie lo sepa.’[4] No solo les advirtió que no dijesen nada –Él les prohibió hablar de ello y casi siempre estricta y severamente–. En realidad, lo único que Jesús hizo con severidad fue prohibir a la gente que hablase sobre su identidad mesiánica y sobre sus milagros. De hecho, la única vez en todo el Nuevo Testamento que Él revela su identidad mesiánica es en la escena con la mujer samaritana en Juan 4. ¡Solo piensa en eso! El único momento en que habla de ello no es con una persona judía, sino con una mujer samaritana, e incluso solamente en un momento en que sus discípulos habían ido a comprar comida a la ciudad[5] –eso es, cuando no había nadie, ni siquiera una persona judía a la vista–. De la misma manera, la sanación del hombre poseído por un demonio del país gentil de los gadarenos, también presenta un contraste llamativo con todas las historias citadas anteriormente: En respuesta a su solicitud para seguirle, Jesús le dice al hombre que había sanado: ‘Ve a casa con los tuyos y diles las grandes cosas que el Señor ha hecho contigo, y como Él ha tenido compasión de ti’.[6]   Por lo tanto, Jesús estaba preparado para revelar su identidad a los gentiles pero era muy cuidadoso de no revelarlo a los judíos.

Es importante hacer una distinción entre los textos y la historia, y por lo tanto, entre dos oyentes diferentes: el público de los lectores de los Evangelios, y el público oyente de Jesús dentro de los Evangelios. Todos los textos del Nuevo Testamento fueron escritos décadas después de su muerte y resurrección, y los autores de los Evangelios, si bien se dirigían a sus lectores contemporáneos, estaban repitiendo sin descanso que Jesús era el Mesías prometido: Pero estas cosas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios (Juan 20:31) –pero esto no es de lo que estamos hablando–. No estamos estudiando lo que los evangelistas nos dicen acerca de Jesús; lo que nos interesa es lo que el Jesús de los Evangelios dice de sí mismo, o le permite/no permite que los otros hablen sobre Él a sus contemporáneos. Los Evangelios describen de manera consciente y deliberada el propósito de Jesús al ocultar y esconder su mesianismo a Su audiencia. En otras palabras, el mesianismo de Jesús es algo que el autor y los lectores conocen, pero los participantes originales no sabían.

Este Secreto mesiánico –este contraste entre el mesianismo de Jesús y sus inducciones al secreto en los Evangelios– requiere sin duda alguna explicación. Vamos a buscar una aclaración en los patrones judíos de las expectativas mesiánicas que Jesús y sus seguidores pudieran haber hecho de ellas. Jesús era judío, y desde luego estaba influenciado por las ideas judías contemporáneas –mediante Su educación y todo el contexto judío de Su vida–. Vamos a tratar de identificar aquellos aspectos del Secreto Mesiánico que pueda ser rastreado hasta los tiempos de Jesús, e incluso anterior a ello, para ver este rompecabezas característico de los Evangelios en contraste con su origen judío y de buscar una explicación a este dilema del Nuevo Testamento en el pensamiento judío de aquel tiempo.

[1] Lucas 9:20-21

[2] Marcos 1:43-44

[3] Marcos 5:43

[4] Mateo. 9:30

[5] Juan 4:8

[6] Marcos 5:19

About the author

Julia BlumJulia is a teacher and an author of several books on biblical topics. She teaches two biblical courses at the Israel Institute of Biblical Studies, “Discovering the Hebrew Bible” and “Jewish Background of the New Testament”, and writes Hebrew insights for these courses.

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Deja un comentario

  1. Ma. Gabriela

    Muy interesante

  2. Eric de Jesús Rodríguez Mendoza

    BS»D

    Shalom javerim!

    Soy, Eric Rodriguez Mendoza, profesor asociado de Estudios judaicos en E-teacher y administrador de la versión castellana y portuguesa del blog. Como comprenderán, ciertas preguntas personales que dirijan a la profesora Blum no estarán a mi alcance.
    Los demás aspectos con sus escritos, estaré encargado de aprobarlos, se orientarlos, de aclararlos, como he estado haciendo hasta el momento cuando el Dr Eli estaba aquí.

    Espero mantener con ustedes una amistad primero que todo, y que juntos vayamos construyendo conocimiento.

    Un abrazo ,
    Eric

    1. Karina

      Excelente! Gracias Eric!

  3. ZULMA FALCÓN

    GRACIAS HERMANA JULIA, QUE BUENO QUE SEGUIREMOS RECIBIENDO ENSEÑANZAS TAN ELEMENTALES PARA AÑADIR A NUESTRO SABER, ES HERMOSO PODER EXPANDIR NUESTRO CONOCIMIENTO, PARA NO PERECER POR FALTA DE ÉL (Os 4:6).
    DIOS LA SIGA USANDO EN GRAN MANERA POR EL DON DE SABIDURÍA QUE LE OTORGÓ A TRAVÉS DEL ESPÍRITU SANTO.
    RECIBA Ud. BENDICIONES DE PARTE DE DIOS, Y YO LA SALUDO CON ÓSCULO SANTO A LA DISTANCIA.

  4. Ricardo Mian

    El mensaje angelical fue «… que os ha nacido hoy en la ciudad de David, un Salvador que es Cristo el Señor» Luc 2:11. Jesús es El Mesías, El Cristo, El Señor.