ESCENA JUDÍA EN LOS TIEMPOS DE JESÚS
Aquellos lectores que han seguido mi blog durante un tiempo, saben que me gustan mucho las series. Ya han habido muchas series en mi blog, tales como: As Though Hiding His Face (El Mesías Oculto), Biblical Portraits (de Rebeca y Judá), The Bible Stories You Did Not Know, The Torah Portion in Real Time,etc. Hoy comenzamos una nueva serie, y el título de esta serie está inspirado en una frase corta del renombrado profesor judío-americano Daniel Boyarin: “El público de Jesús no estaba solo en la escena judía”.[1] De aquí el título de esta nueva serie: “La escena judía en el tiempo de Jesús”. Intentaremos saber quién más estaba en esa escena además de los seguidores de Jesús, y qué pasaba allí.
El “público de Jesús” definitivamente no estaba solo: habían direcciones y enseñanzas muy diversas en el judaísmo antes de la destrucción del Templo. Todas estas fuentes diferían bastante, tanto en teología como en la práctica, pero todas creían firmemente que la Torá fue dada por Dios a Moisés en el Monte Sinaí, y la Torá era la base intocable e incuestionable de todas estas direcciones y enseñanzas sin excepción. Muchos de los textos judíos del Segundo Templo, presentan una nueva versión expandida de la Torá. Sin embargo, aunque aquellos textos o enseñanzas fueron construidos sobre la Torá y alrededor de ella, tenían formas muy diferentes de comprenderlos y diferentes interpretaciones de la Torá. Así pues, nuestro objetivo al estudiar tales textos, es captar las ideas y las interpretaciones que estaban vivas en la escena judía en los tiempos de Jesús —tener una idea de esta escena judía—. “Los escritores del Nuevo Testamento, siendo predominantemente judíos y productores del Periodo del Segundo Templo”, estuvieron definitivamente influenciados por estas ideas. Francamente no podemos verlo porque no tenemos visión judía del Segundo Templo. Olvidamos lo que la audiencia original había visto”.[2] Para escoger una designación más académica, necesitamos entender el contexto histórico y cultural del Nuevo Testamento. Nuestro primer texto será el Primer Libro de Enoc —sin duda el trabajo apocalíptico más importante fuera de las Escrituras canónicas—.
PRIMERA DE ENOC
I de Enoc es una colección de textos apocalípticos judíos fechados dentro de los tres siglos antes de la Era Común. Muchos académicos creen que I de Enoc fue originalmente escrito en arameo y que las partes más antiguas fueron escritas ya en el siglo III a.C. Algunos eruditos consideran el redescubrimiento del judaísmo de Enoc como uno de los mayores logros de la investigación contemporánea dentro del judaísmo del Segundo Templo, y la inmensa mayoría reconoce la importancia del judaísmo de Enoc en el desarrollo del pensamiento judío antiguo.
El Primer Libro de Enoc, o Enoc etíope, de hecho es una recopilación de cinco libros, cada uno de los cuales aparece con su propio título y normalmente con su propia conclusión. Estos cinco libros, conocidos como el Libro de los Vigilantes (capítulos 1-36), Las Similitudes (conocidas también como Parábolas, capítulos 37-71), el Libro de la Luminarias (capítulos 72-82), el Libro de los Sueños (capítulos 83-90) y la Epístola de Enoc (capítulos 92-105), están combinados dentro de una obra única en la versión etíope, la cual se conserva por completo. Además del texto de la versión etíope, extensas partes del libro han sobrevivido en griego. Fragmentos de cada sección del libro, excepto el de Similitudes, se han encontrado también en Qumran (todo en arameo).
Muchos eruditos del cristianismo primitivo ven el valor principal de este libro al proporcionar aspectos adicionales del Nuevo Testamento: gracias al Libro de Enoc, podemos ver “que la extensión de ideas alrededor de lo que llamamos cristología, la historia de Jesús como Mesías divino-humano, también fue parte (si no parcela) de la diversidad judía en ese tiempo”.[3] Más adelante comentaremos estos aspectos y también estas ideas. Sin embargo, comenzaremos con la primera parte del Libro de Enoc, la cual nos ayudará a comprender uno de los más enigmáticos pasajes de la Torá: el Libro de los Vigilantes.
¿QUIÉNES ERAN LOS HIJOS DE DIOS?
Pocos pasajes de la Biblia plantean tantas preguntas como el desconocido comienzo del capítulo 6 del libro de Génesis:
1 Aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas, 2 que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas... 4 Había gigantes[4] en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos. Estos fueron los valientes que desde la antig:uedad fueron varones de renombre.
Estos versículos de Génesis 6 han estado sujetos a controversias durante mucho tiempo. Durante siglos, la gente ha debatido si la expresión “los hijos de Dios” se refiere a los ángeles o a los hombres, y quiénes eran esos gigantes/nephilim. Muchos eruditos respetables han comentado sobre este tema durante años y todavía se debate la identidad de los nephilim y los hijos de Dios.
La traducción de las palabras hebreas “los hijos de Dios” son b’nai ha Elohim, בְנֵי־הָֽאֱלֹהִים֙. ¿Se refiere la Torá a los ángeles o simplemente a “los hijos de los gobernantes”, o a “los hijos de los nobles” tal como algunas traducciones judías traducen aquí b’nai ha Elohim? Probablemente muchos de ustedes saben que el nombre הָֽאֱלֹהִים֙ (Elohim) es una forma plural y puede leerse no solo como “Dios”, sino también como “dioses” o incluso como “señores, gobernantes”, y eso es exactamente como los comentarios judíos eligen al leer esta palabra en este versículo en particular. Tenemos “los hijos de los príncipes” en el Targumim y “los hijos de los jueces” en Midrashim —de hecho, “la interpretación angelical” (que eran ángeles o alguna especie de seres divinos), mientras que no es muy popular en el cristianismo moderno, es casi inexistente en el judaísmo moderno—. Sin embargo, era completamente diferente en el judaísmo del Segundo Templo. En el judaísmo del Segundo Templo leemos en Génesis 6:1-4 no solo la historia de una rebelión sobrenatural, sino uno de los pasajes más importantes de la teología bíblica. Mientras que en Génesis ocupa tan solo unos pocos versículos, durante el Periodo del Segundo Templo recibe gran atención, tal como podemos ver en la historia de los Vigilantes en I de Enoc, que es solo una expansión de este episodio.[5] La próxima vez veremos cómo el Libro de los Vigilantes entendió e interpretó esta historia, y también cómo la comprensión de Enoc de esta historia, encuentra una vía en el Nuevo Testamento, en las cartas de Pedro y de Judas.
[1] Boyarin, Daniel. The Jewish Gospels (Kindle Location 1103). The New Press. Kindle Edition.
[2] Heiser, Michael S. Reversing Hermon: Enoch, the Watchers, and the Forgotten Mission of Jesus Christ (Kindle Locations 110-112).
[3] Boyarin, Daniel. The Jewish Gospels (Kindle Locations 487-489). The New Press. Kindle Edition
[4] Algunas traducciones aquí usan nephilim en lugar de gigantes.
[5] «Vigilantes” es el término de Enoc para “los hijos de Dios”.
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