Retratos BÍblicos: JudÁ (1)

¿POR QUÉ JUDÁ?

Muy pronto el Estado de Israel celebrará el 70º aniversario (El Día de la Independencia en Israel se celebra siempre de acuerdo con el calendario judío, y este año se celebrará muy pronto, el 18-19 de abril). En un principio planeé escribir algo especial en este post sobre el Estado de Israel, pero me di cuenta de que probablemente ustedes saben tanto como yo al respecto y aunque no fuese así, existen muchísimos artículos sobre Israel en Internet, especialmente en esta feliz ocasión. Pero como saben, este es un blog de Estudios Bíblicos —y personalmente me sentí dirigida a comentar algo sobre el Judá bíblico—.

Sí, Judá del libro de Génesis, el hijo de Jacob y hermano de José. Podrían preguntarse, ¿por qué Judá? ¿Qué tiene que ver Judá con el aniversario de Israel? Más adelante, en la Biblia, Judá viene a representar el reino del sur, cuya capital es Jerusalén, mientras que Israel era el nombre del reino del norte. A primera vista, el retrato bíblico que vamos a describir aquí, parece no estar conectado del todo con el 70º aniversario de Israel. Aún así, todos sabemos que el Rey David —quien es el símbolo del Israel Unido y el prototipo y símbolo de Mesías— fue descendiente de Judá. El libro de Samuel lo deja muy claro, Dios otorga Su unción, para siempre, en la línea monárquica que proviene de la tribu de Judá en la persona del Rey David. Y Jesús, quien es designado como ‘Hijo de David’, también es descendiente de Judá. Por eso, el retrato de Judá tiene mucho que ver, tanto con Israel como con la fe cristiana. Cuando los israelitas cantan “David Melech Israel”  (David es el Rey de Israel) todo comenzó con Judá. Y cuando leemos en Apocalipsis sobre el “León de la tribu de Judá”, también comenzó con Judá.

¿Alguna vez se han preguntado por qué? ¿Por qué fue Judá —cuya debilidad, incluso pecados, están tan claramente revelados en el libro de Génesis, tanto en la historia de José como en la historia de Tamar— quien fue honrado con ese extraordinario privilegio? Más aún, si sabemos que la tribu de Judá estaba destinada a tener este honor único —traer al Rey David y también a Jesús— ¿cómo conectamos los puntos entre este glorioso destino y la cuestionable conducta de Judá en el libro de Génesis? Y, una vez más, ¿qué tiene que ver todo esto con el 70º aniversario de Israel?

Vayamos a solucionarlo. ¿Quién fue Judá y qué sabemos de él?

EL COMIENZO

Empecemos por el principio —desde el nacimiento de Judá—. Cuando Lea dio a luz a su cuarto hijo, ella dijo: “Esta vez alabaré a Jehová; por esto llamó su nombre Judá”. En inglés, por supuesto, no vemos una conexión: Creo que esto es una de las mayores pérdidas que tenemos cuando leemos únicamente nuestra Biblia traducida —el significado de los nombres hebreos se pierden completamente en la traducción—. Las traducciones y adaptaciones no cambian simplemente el significado original, sino que hacen que el nombre no tenga sentido. A menos que dediquemos tiempo y volvamos al hebreo, los nombres bíblicos de las personas y lugares en la traducción continuarán del todo sin conexión con los puntos originales de referencia y con las ideas enterradas en el mismo texto. Las palabras de conexión: “por cuanto” o “y” o “así pues” parecen sin sentido alguno en estos casos —como en Génesis 3:20  “Y llamó Adán el nombre de su mujer, Eva, por cuanto ella era madre de todos los vivientes” o en Génesis 25:26 “Después salió su hermano, trabada su mano al calcañar de Esaú; y fue llamado su nombre Jacob”. Sin embargo, cuando leemos las Escrituras en Hebreo, las conexiones son evidentes —y esto está completamente claro en el nombre de Judá—: el verbo lehodot (להודות) significa “agradecer” o “alabar” y el nombre hebreo de JudáYehudah (יהודה), es el nombre formado por la raíz Y-D-H (ידה), “agradecer o “alabar”.

Por eso, el nombre hebreo de Judá, Yehudah (יהודה), puede traducirse literalmente como acción de gracias—y esto es algo que muchos de los lectores de la Biblia conocen (incluso aquellos que no saben hebreo) —. Esta es también la primera, y muy importante, lección del nombre de Judá: necesitamos agradecer al Señor para que podamos ser parte de Su plan y de Su historia, y para atraer Sus bendiciones sobre nuestros descendientes. Sin embargo, hay algo más que podemos aprender de este nombre, pero para poderlo hacerlo, necesitamos ir más allá.

LA HISTORIA MÁS OLVIDADA EN EL LIBRO DE GÉNESIS

Justo después de que José fuese vendido por sus hermanos en Génesis 37, leemos la historia de Judá y Tamar en Génesis 38. Efectivamente, esta historia rompe el flujo de la narrativa de José en lugar de seguir contándonos como fue la ida de José a Egipto, la Torá encuentra que es necesario interrumpirla con la historia de Judá. Leemos cómo Judá se separa de sus hermanos (y nos preguntamos ¿por qué?), de su matrimonio, de la muerte de sus hijos, de la seducción de Tamar, y del clímax de la historia —la confesión de Judá—. A simple vista, esta historia no está conectada en modo alguno con la venta de José, y su posición en el texto parece fortuita y extraña. He estado enseñando esta lección por varios años hasta hoy, y cada vez que pregunto a mis estudiantes: Por favor, ¿pueden explicar por qué la historia de Judá fue colocada en medio de la saga de José? ¿Por qué se interrumpe la historia de José? Hasta hoy, no he recibido ninguna respuesta a estas preguntas.

El capítulo 38 abre con estas palabras “Aconteció en aquel tiempo”. Este comienzo ya insinúa alguna conexión entre la narrativa previa y lo que estamos a punto de leer: esta expresión es usada comúnmente para indicar conexiones, tanto cronológicas como temáticas. Entonces leemos “que Judá se apartó de sus hermanos”.

¿Por qué Judá se marchó?

Volvamos a la historia de la venta. ¿Se han dado cuenta que la voz de Judá fue absolutamente decisiva en esta historia? Mientras Rubén tenía buenas intenciones (pero fue incapaz de llevarlas adelante), es de acuerdo con lo sugerido por Judá que el destino de José fue decidido y vendido. Incluso en medio de este terrible crimen, somos testigos de la sorprendente autoridad de Judá por primera vez (y definitivamente no la última) en la saga de José. Como veremos más adelante, el corazón de Judá cambiará, su carácter será transformado —pero esta increíble autoridad, el maravilloso don de Dios a esta tribu, estará siempre con él—.

Y aquí también encontramos una explicación de por qué él marchó: leemos en un midrash que los hermanos culparon a Judá y dijeron: “tú sugeriste que vendiésemos a José, y nosotros te seguimos. Si hubieras sugerido que dejásemos libre a José, también te hubiéramos seguido. Esa es la razón por la “que Judá se apartó de sus hermanos”.

 

Continuará…

About the author

Julia BlumJulia is a teacher and an author of several books on biblical topics. She teaches two biblical courses at the Israel Institute of Biblical Studies, “Discovering the Hebrew Bible” and “Jewish Background of the New Testament”, and writes Hebrew insights for these courses.

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