Judíos de todo el mundo están todavía en medio de la celebración de esta larga semana que se conoce como Pesaj, o Pascua —ambos en el lenguaje común de la liturgia—. Sin embargo, hay alguna confusión respecto a la Pascua y su significado bíblico, y hoy me gustaría abordar esta confusión. Esto también podría arrojar un poco de luz en los relatos del Evangelio.
LAS FIESTAS BÍBLICAS
En Marcos 14:1 leemos:
“Dos días después era la pascua, y la fiesta de los panes sin levadura”.
Aquí vemos algo que está claramente confirmado en la Torá: aunque, “desde la destrucción del Segundo Templo, cuando el sacrificio del cordero pascual ya no era posible, la Pascua y la Fiesta del Pan sin levadura se confundieron en la mente de los judíos, y los términos son usados por los rabinos de forma intercambiable, pero originalmente y en el plan Divino eran diferentes, aunque tengan entre sí la relación más íntima posible”.[1] Examinemos estos versículos de Levítico 23:
5 En el mes primero, a los catorce del mes, entre las dos tardes, pascua es de Jehová. 6 Y a los quince días de este mes es la fiesta solemne de los panes sin levadura a Jehová; siete días comeréis panes sin levadura.
Así pues, vemos que la Torá se refiere a la Pascua el día catorce de Nisán, y a la “Fiesta del Pan sin levadura” el día quince de Nisán. La Fiesta del Pan sin levadura comienza al atardecer, cuando el catorce de Nisán cambia al quince de Nisán (los días judíos comienzan en el anochecer, como podrían saber). Entonces, ¿qué es la Pascua del día catorce? Es la Pascua de la ofrenda, que fue sacrificada el día catorce y comida por la noche —el quince— junto con la matzá, al inicio del Festival de Matzás.
LA GAVILLA DE LAS PRIMICIAS
Sin embargo, todavía hay más. Sigamos leyendo Levítico 23. Siguiendo el orden de la Pascua y de la Fiesta del Pan sin levadura, en este capítulo tenemos la presentación de la “Gavilla de las Primicias”.
11 Y el sacerdote mecerá la gavilla delante de Jehová, para que seáis aceptos; el día siguiente del día de reposo la mecerá. 12 Y el día que ofrezcáis la gavilla, ofreceréis un cordero de un año, sin defecto, en holocausto a Jehová.
El significado de las palabras “el día siguiente del día de reposo” ha sido objeto de controversia durante siglos: si el día de reposo aquí significa un día de reposo semanal o el primer día de la Fiesta del Pan sin levadura; si las primicias se celebraban el primer día de la semana (Yom Rishon, Domingo) o el segundo día de la Fiesta del Pan sin levadura. Pero en cualquier caso, estos versículos nos ayudarían a entender mejor los relatos del Evangelio respecto a la muerte y resurrección de Jesús. Según los Evangelios, el primer día de la semana (Yom Rishon, Domingo) Jesús resucitó. Si el domingo fuera un hecho, entonces, para hacerlo simple, contaríamos tres noches atrás y llegamos a jueves, y entonces todo lo demás encaja en su lugar. Fue el miércoles trece de Nisán que los discípulos prepararon la comida especial que llamamos la Última Cena, y que en realidad era, seudah maphsehket —la última comida antes del Ayuno de los Primogénitos—. Jesús y los discípulos tuvieron esa comida el miércoles por la noche, al principio de la Pascua, cuando el día cambió al catorce de Nisán. Jesús entonces fue arrestado por la noche, juzgado y sentenciado a primera hora del jueves por la mañana, y crucificado durante el día —y todo esto pasó durante el día de Pascua, el catorce de Nisán, el jueves—. Así pues, el jueves catorce de Nisán, el día del sacrificio de la Pascua, Jesús murió en la cruz. El domingo diecisiete de Nisán —en la celebración de las Primicias— Jesús resucitó de la muerte.
¿COMIÓ JESÚS MATZÁ?
Así pues, encontramos tres fiestas diferentes durante la semana de celebración que hoy en día llamamos Pascua. ¿Encontramos estas tres festividades en los últimos capítulos de los Evangelios? Jesús murió el día de Pascua, Jesús resucitó de la muerte el día de las Primicias; pero ¿nos hemos perdido la Fiesta de los Panes sin levadura, si es que murió antes de que empezara la fiesta?
El año pasado hablamos mucho sobre la historia de Emaús en el último capítulo del Evangelio de Lucas. Pasamos mucho tiempo debatiendo sobre la comida que los discípulos tuvieron con Jesús después de que ellos le rogaran que se quedase con ellos. Leemos:
Y aconteció que estando sentado con ellos a la mesa, tomó el pan y lo bendijo, lo partió, y les dio. Entonces les fueron abiertos los ojos, y le reconocieron”.
Compartir las comidas siempre ha sido una parte muy importante en la vida de la comunidad judía. Al principio de la comida, siempre se dice la bendición tradicional cuando se parte el pan: “Barukh attah ‘Adonai ‘elohenu Melekh ha-olam ha-motzi lechem min ha-aretz”. “Bendito seas Tú, Señor nuestro Dios, Rey del Universo, quien hace crecer pan de la tierra”. En el Talmud de Babilonia leemos: “el anfitrión deberá partir el pan” (Berakoth 46). En la tradición judía, el anfitrión —la cabeza de familia— es el que siempre dice la bendición y parte el pan. Los extranjeros que son invitados a la comida normalmente esperan las indicaciones del anfitrión y en silencio reciben lo que se les pone delante. Sin embargo esto no es lo que vemos aquí.
Ya hemos hablado sobre la comida y sobre la extraña peculiaridad que mostró la conducta de este huésped. Claramente este no era un huésped normal. En lugar de esperar las indicaciones del anfitrión, este forastero está tomando el lugar del anfitrión: Él está diciendo la bendición y partiendo el pan. Podemos imaginar que su conducta debía haber llamado la atención de todos en la casa. Si están interesados en leer más respecto a esta comida y conocer exactamente lo que esta autoridad inusual significa, les puedo referir mi artículo: “Llave NÚmero 4: Bendiciendo El Pan”.
Pero también tenemos que recordar que todavía es la semana de Pascua. En cualquier casa judía, podría haber solo matzá en la mesa durante la semana. La bendición del matzá habría sido añadida a la bendición regular: “Bendito eres Tú, Señor nuestro Dios, Rey del Universo que nos santificas con Tus mandamientos, y nos mandas a comer matzá”. Mientras en Emaús, Jesús formó parte en una comida normal judía de Chol Ha-Moed (Semana de Pascua) —y esto significa que, incluso después de su resurrección, Jesús todavía observaba la Fiesta bíblica del Pan sin Levadura—.
[1] David Baron, Types, Psalms and Prophecies, Israel, 2000, p.22.
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