“La Revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que debían suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan…” Apoc. 1:1-2.
La obra conocida por nosotros como la “Revelación de Juan” empieza del mismo modo que otros escritos apocalípticos judíos:
Apoc. 1:1-2 apartado 1) lo que es (una revelación de Jesucristo) 2) por qué fue dado (para mostrar a sus siervos las cosas que sucederían en corto plazo) 3) cómo fue dada (Dios lo comunicó por medio de Su ángel) y 4) quien en realidad fue el primer receptor de esta revelación (su siervo Juan, quien declaró la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo, incluso todo lo que él vio).
Para que puedas ver que el comienzo de este libro es un tipo de apertura apocalíptica, sino típica, al menos completamente aceptada por este género literario judío (literatura apocalíptica) brevemente repasaremos unos pocos ejemplos relevantes. En Enoc 1:1-2:
“Palabra del bendito Enoc, como bendijo a los elegidos y a los justos, quienes estaban para asistir en tiempos de aflicción; rechazando todo lo malvado e impío. Enoc, un hombre justo, quien estaba con Dios, respondió y habló mientras su vista estaba abierta, y mientras él vio una visión en los cielos.
Así los ángeles me mostraron. De ellos escuché todas estas cosas, y entendí lo que yo vi, aquello que no sucederá en esta generación, pero en una generación que está por llegar en un periodo distante, para consideración de los elegidos”.
También leemos en 3 Baruc 1:1-8 (Apocalipsis de Baruc):
Ciertamente, yo Baruc lloraba en mi mente y me lamentaba por el pueblo, y de que el rey Nabucodonosor fuera autorizado por Dios para destruir Su ciudad… y he aquí que mientras lloraba y me decía estas cosas, vi un ángel del Señor viniendo hacia mí y me decía: Entiende, oh hombre, muy amado, y no te aflijas tanto por la salvación de Jerusalén porque así ha dicho el Señor Dios, el Altísimo. Porque Él me ha enviado a ti, para hacerte saber y para mostrarte todas (las cosas)… y el ángel de poder me dijo: Ven, y yo te mostraré los misterios de Dios.
El pasaje anterior establece claramente que, lo que leemos en los primeros versículos del Libro de Revelaciones, son de hecho muy similares a los otros relatos judíos apocalípticos, ambos escritos durante o a través de un periodo de tiempo aproximado.
La autenticidad judía del Libro de Revelaciones, es tan obvia que un número de estudiosos que no ven las tradiciones de Jesús como originalmente judías, erróneamente concluyen que la forma presente del libro de Apocalipsis está llena de agrupadas interpolaciones cristianas (la mayoría en el capítulo 1 y 22). Ellos mantienen que la versión original del Libro Judío de Revelaciones, ha sido bajo estos y otros puntos, como sigue:
Si uno elimina “el material cristiano”, el texto mismo no puede leerse solo llanamente, sino más llanamente (alegando que las interpolaciones cristianas al original judío son de carácter firme). Así, por ejemplo en Apoc. 1:1-3 leemos:
“La revelación (de Jesús el Cristo) que Dios dio (a Él) para mostrar a sus siervos lo que debía suceder en breve, lo hizo saber enviando su ángel a su siervo Juan, el cual manifestó la palabra de Dios y (el testimonio de Jesús el Cristo), incluso a todos los que vio. Bendito es aquel que lee en viva voz las palabras de la profecía, y benditos sean aquellos que escuchan y guardan lo que está escrito; porque el tiempo está cercano”.
Aunque intrigante, nosotros consideramos la prueba anterior como fútil y absolutamente subjetiva. Argumentamos que algunos otros pasajes de esta y otras partes pudieron ser recortados sin causar muchos problemas y con el mismo nivel de acierto. Esto, en sí, no prueba nada. Hay otras cosas a considerar también.
Por favor, déjeme demostrarlo. Ha sido observado que la versión Samaritana de la Torah se lee mucho más suavemente que la Torah Judía. La Torah Judía es muchísimo más áspera y algunas veces inconsistente y compleja en la presentación de eventos. Pero si acaso, la lectura fluida argumenta una posterior actividad editorial de los escribas samaritanos y no viceversa.
Nuestro entendimiento en este caso, es justamente, porque el texto es de más suave lectura una vez el contenido explícito “cristiano” es suprimido, no es indicación de algo insignificante. Para concluir con algo más, es exagerar la evidencia que, por otra parte no es más que una curiosa e interesante posibilidad que no tiene absolutamente evidencia alguna para ser respaldada.
Pero hay otro problema más, que creemos fastidiaría a quienes argumentan que el Apocalipsis original judío (Libro de Revelación) fue cristianizado por alguien al final del siglo I o incluso posterior. Brevemente, ellos fracasan al ver que tales frases (designadas por ellos como atrevidas) como Jesucristo y Su “testimonio”(entre otras), son nombres judíos y conceptos que solamente siglos después fueron eliminados de su conexión Israelita original. El argumento para diferenciar entre material judío y cristiano es por lo tanto anacrónico y artificial.
¿Tú qué opinas? Cómo respondes a lo argumentado anteriormente?
También creo que El argumento para diferenciar entre material judío y cristiano es por lo tanto anacrónico y artificial.