Así ha dicho (τάδε λέγει) aquel que tiene las siete estrellas en su mano derecha – aquel que anda en medio de los siete candelabros de oro: (Apocalipsis 2:1b).
La frase τάδε λέγει (tade legei) “Así ha dich0” aparece ocho veces en el conjunto del N.T. siete de las cuales están en Apocalipsis 2-3, que contienen las cartas a las siete asambleas. La τάδε λέγει (tade legei) fórmula del Nuevo Testamento está confirmada por la Septuaginta (LXX) tomada de la Biblia Hebrea, donde frecuentemente se usa para la introducción de la declaración profética. Por ejemplo, en Jeremías 22:1a leemos “Así dice el SEÑOR….”, la frase en la Biblia Hebrea “Así dice el Señor”, es evocada aquí a propósito, solo κύριος (kurios) “Señor” es reemplazada con “el que sostiene las siete estrellas en la diestra, el que anda en medio de los siete candelabros de oro”.
2 ‘Conozco tus obras y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles y no lo son, y los has hallado mentirosos. 3 y has sufrido y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor a mi nombre y no has desmayado. (Apocalipsis 2:2-3)
Esta clase de afirmación subraya la diferencia entre lo auténtico y lo falso, es un tema recurrente en Apoc.2-3 y nos podría recordar la práctica general Israelita de separación o distinción.
“… Yo soy el Señor tu Dios, que te he apartado de los pueblos. 25 Por tanto, harás diferencia entre animal limpio e inmundo, y entre ave inmunda y limpia… 26 Habrás pues, de serme santo, porque yo Jehová soy Santo, y te he apartado de los pueblos para que seas mío.” (Levítico 20:23-26).
Tal como un Israelita debe formular algunas preguntas sobre lo que va a recibir por la boca en su cuerpo (leyes de Kashrut siendo la guía principal), las preguntas sobre la pureza de los mensajes evangélicos predicados por los llamados apóstoles, igualmente necesitan ser probados y distinguidos de lo que no es necesario para consumir.
4 Pero tengo contra ti que has dejado tu primer amor. 5 Recuerda por tanto, de donde has caído y arrepiéntete y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido. (Apoc. 2:4-5).
La interpretación tradicional de este texto, entre los cristianos de hoy, tiene que ver con la acusación de Jesús contra los creyentes de Éfeso. La excitación emocional del principio, cuando ellos se encontraron con el Dios Vivo, ya no estaba presente en sus vidas… Sin embargo, este argumento no hace juego con la forma de pensar en estos versículos. Si ciertamente, este fuera el caso, entonces después de las palabras “haz dejado tu primer amor!… recuerda desde donde has caído y arrepiéntete”, Jesús hubiera dicho algo así – “Siente la emoción que una vez tuviste”. En su lugar, Jesús les dice: “haz las obras que una vez hiciste”. Así que, fuera lo que fuese a lo que el Mesías estaba enfrentando a los creyentes de Éfeso, ciertamente no era a su falta de compromiso emocional que una vez caracterizó su fe. No era sobre emociones o sentimientos, sino más bien sobre las obras que ellos ya no practicaban; sobre los Efesios que ya no vivían con las convicciones que anteriormente tenían.
Los creyentes de Éfeso habían “caído”, lo cual es un eufemismo para pecado. El Mesías les llama al arrepentimiento. Vale la pena notar aquí, de qué manera les llama al arrepentimiento. No es un reconocimiento mental de lo que está mal, más bien es un giro enérgico lo que es deseado, y una ordenanza deliberada también está presente. Considera este pasaje desde la Sabiduría de Salomón al arrepentimiento,
23 Pero tú tienes misericordia de todos los hombres, porque tú tienes poder sobre todas las cosas. Y tú examinas los pecados de los hombres para que al final se puedan arrepentir… 26 Pero tú perdonas todas las cosas, porque ellos son tuyos, Oh Señor Soberano, tú, amante de las almas; 1 Porque tu incorruptible espíritu está en todas las cosas. 2 Por eso tú castigas de poco a poco a los que caen del camino correcto, y trayendo al recuerdo las cosas en las que pecaron, tú les amonestas. Para que escapen de su iniquidad y puedan vivir en ti, ¡Oh Señor! (Sabiduría de Salomón 11:23–12:2).
Estos versículos de la sabiduría judía del siglo 2 A.C nos explican que el Señor castiga a los que se extraviaron del camino recto, poco a poco. Dios exhorta a los que han pecado trayéndoles a la memoria las mismísimas cosas con las que habían pecado. Esto es exactamente lo que Jesús está haciendo. Para que su pecado ya no forme parte de su antigua forma de vivir, Jesús les recuerda sus obras conectadas con su primer amor. A diferencia de nosotros, los Efesios sabían exactamente a que se refería con esto.
La congregación de Éfeso era uno de los siete candelabros de la Menorá Celestial de Dios entre los cuales Jesús, el Sumo Sacerdote Celestial caminaba (Apoc. 1:12-13). Por lo tanto, ya que la asamblea de Éfeso no representaba la vida celestial de Dios en el mundo, Cristo les amenaza con volver y retirar a la congregación de su lugar. Esto es una seria advertencia.
ME ES MUY GRATO LEER EN ESTAS ENSEÑANZAS, LA PALABRA QUE NUESTRO ADONAY NOS DEJO PARA QUE LA VIVAMOS,CADA DÍA. SHALOM