Porción De La Torá En Tiempo Actual: Vayeshev

JACOB SE ASENTÓ EN LA TIERRA


La última parte del libro de Génesis
la saga de José— comienza con nuestra nueva porción de la Torá. Empieza con la palabra Vayeshev (de ahí el nombre de la porción) normalmente traducida como “posarse” o “habitar”:Habitó Jacob en la tierra donde había morado su padre, en la tierra de Canaán.[1]  El contraste aquí entre Jacob y “su padre” es sorprendente, especialmente en hebreo: Jacob se asentó en la Tierra donde su padre (en realidad el abuelo) fue justamente un extranjero. La palabra יָשַב (yashav) está conectada a través de su raíz con otras palabras para “asentarse” y significa algo sedentario, permanente, estable. “Habitar” aquí, se entiende como opuesto a “un lugar de residencia”. Jacob pertenece a la Tierra.

Y luego, en el segundo versículo, leemos sobre “la historia de la familia de Jacob”. Por un momento, parece muy lógico: con Isaac muerto, Jacob viene a ser la figura líder en la narrativa, ¿correcto? Sin embargo, Jacob inmediatamente desaparece y el versículo “esta es la historia de la familia de Jacob”, en realidad inicia la historia de José. ¿Por qué?

Este comienzo —ele toledotaparece muchas veces en la Torá (tan solo 11 veces en el libro de Génesis). Pero hay algunos casos en que, cuando es obvio, sirven como puente literario conectando dos partes de la misma historia. Por ejemplo, por primera vez, lo encontramos en Génesis 2:4, cuando encabeza el segundo recuento de la creación Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra” Aquí forma un puente literario, conectando y manteniendo juntas las dos historias de la creación. Del mismo modo, la línea de nuestra porción también forma un puente literario: concluye el centro de la historia de Jacob y proporciona una introducción a la saga de José.

A propósito, a la luz de esto, podemos comprender que las palabras iniciales del Nuevo Testamento Libro de la genealogía (de Jesucristo)[2] también fueron destinadas a ser entendidas como un puente conectando y manteniendo unidas dos partes muy importantes de las Escrituras: la Biblia hebrea y el Nuevo Testamento. Se relacionan de la misma manera en que se relacionan las dos historias de la creación: no podemos leer solo la segunda parte sin la primera, ¿verdad?

¿QUÉ VISTIÓ JOSÉ?


Y entonces en Génesis 37:3 leemos que
y amaba Israel a José más que a todos sus hijos” y expresó abiertamente su favoritismo dándole a José una túnica muy especial. En hebreo, a esta túnica se le llama כְּתֹנֶת פַּסִּים (ketonet passim). La idea tradicional en las traducciones y el folclore es que fue una especie de prenda exterior multicolor. Sin embargo, el hebreo permite comprender esta palabra de diversas maneras. De hecho, aquí la palabra passim se puede traducir como “coloreado”, “bordado” o “rayado” pero también puede referirse a una prenda larga, bajando desde la “palma” de la mano hasta los pies, y al material del cual estuvo hecho el abrigo (lana fina o seda). De ahí ketonet passim podría ser traducido como “ropaje de manga larga”, “abrigo de muchos colores”, “abrigo largo hasta los pies”, “túnica adornada”, “ropaje de seda” o “capa fina de lana”.

Es de señalar que, en todo el Tanach (Antiguo Testamento) las mismas palabras aparecen una vez más en la historia de Amnón y Tamar. Ahí esta pieza definitivamente significa una distinción especial:traje que vestían las hijas vírgenes de los reyes«.[3] Parece ser que esta ropa se menciona también en las Escrituras como un presagio de la tragedia que estaba por llegar: ambas historias son trágicas. José fue vendido, Tamar fue violada; los hermanos rompieron la túnica de José, Tamar rasgó su túnica.

Esto es simplemente un ejemplo de cuán importante es entender las Escrituras hebreas. Desde las traducciones, no podemos ver que las vestiduras de Tamar fueron como las de José sin embargo, solo gracias a estos versículos podemos comprender que la túnica de José fue muy especial, desde luego: no solo una túnica con muchos colores, sino muy probablemente la clase de túnica que vistió la realeza.

 JUDÁ Y TAMAR: LA HISTORIA PASADA POR ALTO


El dramático capítulo 37 de Génesis, donde José es vendido por sus hermanos, inmediatamente es seguido por el capítulo 38
la historia de Judá y Tamar. A simple vista, la porción de esta historia en el texto, parece ser algo extraña y puesta al azar: esta historia rompe el hilo de la saga de José y parece no estar relacionada de ninguna manera con la venta de José. Cuando enseño esta lección (como parte de mi curso de DHB), al principio siempre pregunto a mis estudiantes: ¿Por qué piensan que la historia de Judá está aquí? ¿Por qué se interrumpe la narrativa de José? Hasta ahora nadie ha sido capaz de explicarlo. Así pues, ¿qué es lo que se pierde?

Esta historia es vista de una manera muy diferente cuando la leemos a la luz del hebreo. Por ejemplo, al final de la historia, cuando Tamar muestra a Judá sus objetos personales, ella le dice: “Observa, ahora te pido –הַכֶּר־נָ֔א–. Esta expresión, הַכֶּר־נָ֔א —observa, reconoce—, aparece solo dos veces en toda la Torá, y, ¿pueden adivinar donde se usó primeramente? Justo en el capítulo anterior, cuando los hermanos de José le traen a Jacob la túnica de José y dicen: reconoce ahora si es la túnica de tu hijo, o no”. Probablemente fue el mismo Judá quien dijo estas palabras, ya que él evidentemente fue el líder entre los hermanos y ahora el engañador mismo fue engañado—.

Parece ser que cuando Judá escuchó estas palabras, su corazón se hizo pedazos al reconocerlo: por el reconocimiento de sus propias palabras, por el reconocimiento de sus propios objetos que Tamar le mostró y por el reconocimiento de su propio pecado que volvió a él con estas palabras. Él confesó y se arrepintió —llegando a ser la primera persona en la Torá que admite su pecado y se arrepiente—. Así pues, la historia de Judá y Tamar es la historia del cambio de corazón de Judá —pero solo puede comprenderse completamente como tal en hebreo, o al menos con el hebreo.

Incluso el nombre de Judá habla de arrepentimiento. Mucha gente sabe que el verbo lehodot  (להודות) significa “agradecer” o “alabar” y el nombre de Judá (יהודה) viene de la misma raíz—. Sin embargo, el verbo lehodot tiene otro significado: admitir, confesar. Por ejemplo, leemos una oración especial de confesión en Yom Kippur, y su nombre Vidui, deriva de la misma raíz. Esto nos proporciona un importante punto de vista respecto al carácter de Judá: em ambas historias, con José y con Tamar, Judá admite su pecado y experimenta un cambio de corazón. Esto también proporciona un importante punto de vista respecto al carácter de Dios: el arrepentimiento es tan importante para Él que establece la línea real de Israel desde la tribu de Judá.

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1] Génesis 37:1

[2] Mateo 1:1

[3] 2 Samuel 13:18

About the author

Julia BlumJulia is a teacher and an author of several books on biblical topics. She teaches two biblical courses at the Israel Institute of Biblical Studies, “Discovering the Hebrew Bible” and “Jewish Background of the New Testament”, and writes Hebrew insights for these courses.

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