Descifrando El Nuevo Testamento: Cosa Nuevas Y Viejas (5)

                 

“…es semejante a un padre de familia, que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas”.

                                                         

En este artículo vamos a comentar algunos títulos de Jesús que proceden del Tanach (Biblia hebrea). Como siempre, quiero hacerles ver la continuidad entre los Testamentos: incluso lo que parece ser un tema completamente del Nuevo Testamento, de hecho, podría estar enraizado en el Tanach. Ya lo hemos visto con el tema de «la otra mejilla». Hoy vamos a comentar algunos ejemplos adicionales.

¿QUIÉN ES ESTE HIJO DEL HOMBRE?

Él les dijo: ¿Y vosotros, quién decís que soy?

Entonces respondiendo Pedro, dijo: El Cristo (Mesías) de Dios.

Pero él les mandó que a nadie dijesen esto, encargándoselo rigurosamente, 

y diciendo: Es necesario que el Hijo del Hombre padezca muchas cosas…»[1]

Acabamos de aprender que Jesús continuamente rechazó el uso del título ‘Mesías’ durante todo su ministerio terrenal. En su lugar, empleó repetidamente la expresión ‘Hijo del Hombre’ con referencia a sí mismo. ¿No sería lógico suponer que prefirió expresar Su misión en términos de ‘Hijo del Hombre’ en vez de ‘Mesías de Israel?’ ¿Por qué?

La mayoría de cristianos hoy en día creen que el título Hijo del Hombre refleja la naturaleza humana de Jesús: Él no solo es divino, sino que también es completamente humano, Hijo del Hombre. De hecho, lo contrario es verdad: en el periodo intertestamental, el misterioso “uno como un hijo de hombre” del libro de Daniel —he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre”—[2] enfatiza claramente el carácter celestial, eterno y universal del Salvador.

En el primer siglo d.C., estos dos juegos de ideas llegaron a representar dos vías separadas de la esperanza ‘mesiánica’: un salvador de este mundo, nacional y político, versus un salvador trascendental, eterno y universal. Fueron designados con diferentes nombres —‘Mesías’ e ‘Hijo del Hombre’— y articularon la visión mundial y las expectativas de diversos grupos judíos. En algunos escritos de este periodo, los conceptos de Hijo del Hombre y Mesías se distinguen claramente, mientras que en otros están juntos, aunque en ninguna parte están fusionados por completo. Por eso, si realmente queremos comprender el ministerio y la misión de Jesús en su totalidad, necesitamos comprender que Él vino como un Hijo del Hombre trascendental, eterno y universal, y “ningún término fue más adecuado para ocultar y a la vez revelar a que aquellos que tenían oídos para oír, la identidad real del Hijo del Hombre”.[3]

SUMO SACERDOTE PARA SIEMPRE

En la Epístola de Hebreos, leemos:Y esto es aun más manifiesto, si a semejanza de Melquisedec se levanta un sacerdote distinto”.[4] ¿Por qué? ¿Cuál es la conexión entre el Melquisedec de la Biblia hebrea y el Melquisedec del Nuevo Testamento?

En Génesis 14, Melquisedec se encuentra con Abraham después de regresar de su victoria sobre Quedorlaomer. Melquisedec le ofrece pan y vino a Abraham, le bendice y alaba a El Elyon, el creador del cielo y la tierra, quien es responsable de la victoria de Abraham. En Génesis 14, Melquisedec es referido “rey de Salem” como “sacerdote del Dios Altísimo”. El Salmo 110 sella la importancia de su sacerdocio con este juramento:Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec».[5]

¿Quién fue Melquisedec? ¿Fue una figura puramente mítica, o fue un personaje histórico del tiempo de los patriarcas, a quien se le atribuyeron características míticas? La cualidad principal de Melquisedec en Hebreos es su característica anónima: nadie supo de él antes de que él mismo se revelase a Abraham. Sin embargo, no solo es la Epístola de Hebreos que lo enfatiza: es precisamente por este carácter anónimo, sin genealogía o descendencia que la historia bíblica de Melquisedec se expandió en forma de biografía mítica en diferentes círculos judíos del periodo del Segundo Templo. Melquisedec se convirtió en un ser pre existente e inmortal; incluso se pensó que había sido procreado en el vientre de su madre por la Palabra de Dios: por ejemplo, uno de los más antiguos y más sorprendentes documentos descubiertos en Qumran —11QMelchizedek— pertenece al género del midrashim escatológico típico de Qumran y describe a Melquisedec —incluso como un mesías escatológico—. “Estaban aquellos que esperaban que fuese el juez de los Últimos Días, cuando él, junto con las fuerzas celestiales, indicaría los juicios de Dios para que los justos se convirtieran en su propiedad y su herencia». [6] De 11QMelchizedek está claro que no es un mesías terrenal: aquí Melquisedec está descrito como una figura celestial exaltada; en este sentido, los paralelismos entre el Melquisedec del Nuevo Testamento y este de Qumran, son realmente sorprendentes.

LA MUERTE DEL SUMO SACERDOTE

El motivo del Sumo Sacerdote muriendo por muerte expiatoria, y la de un pecador cuyo pecado está cubierto por su muerte, es predominante en el Nuevo Testamento. Hebreos explica que Jesús fue ambos, el sacrificio perfecto y también el Sumo Sacerdote Celestial que murió por todos y redimió a los pecadores con su propia muerte: Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros… por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo».[7]  A simple vista, parece que no encontramos nada sobre la muerte redentora del Sumo Sacerdote en la Biblia hebrea. ¿Es eso así?

En Números 35 leemos sobre las ciudades de refugio proporcionando protección para quien “mate a una persona involuntariamente.” En la descripción de las ciudades de refugiados, encontramos un detalle interesante: un homicida involuntario debe permanecer en la ciudad refugio hasta la muerte del Sumo Sacerdote. Cuando el Sumo Sacerdote muere, él puede regresar a su hogar sin temor a una venganza de sangre. ¿Por qué? ¿Cuán relevante es la muerte del Sumo Sacerdote en esta situación?

La respuesta dada siglos después en el comentario talmúdico podría sorprender a los lectores del Nuevo Testamento. Los intérpretes judíos explican que el homicidio es un pecado que debe ser expiado. Un asesinato no puede ser compensado por un rescate;[8] la sangre debe ser redimida por la muerte de otra persona. Según esta interpretación, solo el Sumo Sacerdote puede ser la expiación apropiada. Una vez que el Sumo Sacerdote muera, la sangre es redimida y el asesino es libre.

Esta aparente e inesperada conexión entre el tiempo de asilo y la muerte del Sumo Sacerdote nos dice, en efecto, que solo la muerte podía expiar la sangre. Así pues, por primera vez en la Biblia, la muerte del Sumo Sacerdote viene a ser un evento de expiación. Los autores del Nuevo Testamento se dieron cuenta de este motivo de la Biblia hebrea y lo explicaron.

En este artículo están incluidos extractos de mi nuevo libro “Unlocking the Scriptures” (y muchos otros posts aquí), y quisiera hacerles saber que el libro ya está publicado y disponible en Amazon. [Por el momento solo está en inglés]. Estará disponible aquí en pocos días. Podrían también disfrutar de mis otros libros, pueden obtenerlos desde mi página: https://blog.israelbiblicalstudies.com/julia-blum/   

[1] Lucas 9:20-22

[2] Daniel 7:13

[3] Matthew Black, The Son of Man in the teaching of Jesus, Expository Times, lx, pp.32

[4] Hebreos 7:15

[5] Salmos 110:4

[6] David Flusser, Judaism and the origins of Christianity, Jerusalem, 1988 , p.192

[7] Hebreos 9:11-12

[8] Números 35:31

About the author

Julia BlumJulia is a teacher and an author of several books on biblical topics. She teaches two biblical courses at the Israel Institute of Biblical Studies, “Discovering the Hebrew Bible” and “Jewish Background of the New Testament”, and writes Hebrew insights for these courses.

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