Venimos A Quitar La Oscuridad (canción De Hanukkah)

El año pasado, Navidad y Hanukkah coincidieron el mismo día y por eso no tuvimos el tiempo oportuno de comentar sobre Hanukkah a fondo y por separado: el año pasado, mi post de Hanukkah se llamó “Hanukkah, reflexiones de Navidad” (https://blog.israelbiblicalstudies.com/es/jewish-studies/reflexiones-januca-navidad/ )‎.  Este año, Hanukkah empieza casi dos semanas antes, (12 de diciembre) así que podemos comentar, en un par de artículos por separado, el profundo significado de esta festividad tan especial.

Jesús y Hanukkah

Primero que todo, ¿cómo sabemos que es importante? ¿Cómo sabemos que Dios desea que lo celebremos? Hanukkah no es mencionado en Levítico 23, donde se describen todas las fiestas bíblicas y se ordena su celebración. Así que, ¿por qué deberíamos celebrarlo?

Leemos en el Evangelio de Juan: “Celebrábase en Jerusalén la fiesta de la dedicación. Era invierno, y Jesús andaba en el templo por el pórtico de Salomón”.  Por el momento, confío en que la mayoría de mis lectores saben que Juan se refiere a Hanukkah como a la Fiesta de la Dedicación. En español no vemos ninguna conexión entre estas palabras, pero en hebreo, la conexión es clara: la palabra hebrea חֲנוּכָּה, Hanukkah, se puede traducir como “inauguración, dedicación, consagración”. Hanukkat Bait, que se traduce como “fiesta de inauguración”, es una expresión muy popular en hebreo.

La fiesta de Hanukkah conmemora la dedicación (o rededicación) del Templo por los macabeos. Jesús caminó por el mismo Templo que había sido rededicado milagrosamente por los macabeos justo pocas generaciones antes. ¿Quiénes eran esos macabeos y cómo conocemos la historia?

Los libros de los Macabeos

La historia de Hanukkah se conserva en el primer y segundo libro de los Macabeos. Sorprendentemente, estos libros no son parte del Tanach, por eso no tenemos la historia de Hanukkah en la Biblia hebrea. Hay varias teorías que explican esta extraña omisión: algunas se basan en la fecha de los textos, otras en el lenguaje y algunas más se basan en las realidades políticas de la sociedad judía del segundo Templo (No entraremos en detalles aquí). El hecho importante es que, los libros de los Macabeos sobrevivieron porque, a través de la Septuaginta, formaron parte del Canon cristiano original, tanto católico como ortodoxo –de otra manera, se habrían perdido a través de los siglos–. Sin embargo, incluso esas biblias cristianas que no incluyen a los Macabeos (biblias protestantes) todavía tienen una clara referencia de Hanukkah en el Nuevo Testamento, en la versión de Juan citada anteriormente, a diferencia de la Biblia hebrea, la cual no lo menciona del todo. De todas formas, parece importante ante los ojos de Dios que Hanukkah aparezca en las escrituras cristianas y que los lectores cristianos conozcan algo de Hanukkah. ¿Por qué?

La historia

Antes de responder a esta pregunta (para que podamos responderla) recordemos brevemente la historia de Hanukkah como se cuenta en 1 de Macabeos. La fiesta conmemora la rededicación del Templo de Jerusalén en tiempos de la revuelta de los macabeos contra el Imperio Seléucida. La revuelta sucedió durante el segundo siglo a.C., cuando el pueblo judío vivía bajo la opresión de la dinastía gobernante de los seléucidas y de las prácticas helenísticas paganas. El capítulo 1 nos presenta a Antíoco Epífanes (Antíoco IV) –el mayor perseguidor de los judíos, a quienes los macabeos se opusieron–.

1:10 De ellos surgió un vástago perverso, Antíoco Epífanes, hijo del rey Antíoco;
1:14 Ellos construyeron un gimnasio en Jerusalén al estilo de los paganos,     1:15 disimularon la marca de la circuncisión.

Hagamos una pausa aquí, por un momento. Comenzando por el mandato supremo que Dios dio a Abraham: “Este es mi pacto, que guardaréis entre mí y vosotros y tu descendencia después de ti: Será circuncidado todo varón de entre vosotros”.[1] Los muchachos judíos siempre han sido circuncidados. Sin embargo, en la sociedad helenística (y más tarde, Roma) que tuvo prácticas públicas de nudismo, la circuncisión vino a ser un gran desafío para aquellos que querían llegar a ser parte de dicha sociedad y que era un obstáculo para su adelanto social. Esa era la causa de que muchos judíos pasasen por un proceso quirúrgico conocido como epispasmo –una operación que “revertía” la circuncisión–“. “Por referencias y alusiones al proceso en la literatura clásica y rabínica, parece ser que el epispasmo alcanzó su máxima popularidad en el siglo I d.C.”.[2] (Si esto es correcto, definitivamente trae una nueva luz a las palabras de Pablo en 1 de Corintios: “¿Fue llamado alguno siendo circunciso? Quédese circunciso. ¿Fue llamado alguno siendo incircunciso? No se circuncide”).[3] Podemos entender lo malo que fue esto a los ojos de Dios y a los ojos del pueblo de Dios, cuando leemos una frase del tratado ético judío Pirkei Avot: “Quien evite el pacto de Abraham no tendrá parte en el mundo venidero”.[4]

El libro entonces explicará acerca de las dificultades de los judíos bajo dominio de los seléucidas. Antíoco Epífanes ordenó una asimilación completa: todo debía ser según la forma de vida griega. En el 164 a.C. Antíoco incluso había profanado el Templo –los altares, los utensilios y la Menorah de oro, fueron todos profanados–.

1:21 Antíoco penetró arrogantemente en el Santuario y se llevó el altar de oro, el candelabro con todas sus lámparas…, para así profanar el santuario y a los sacerdotes.

El estilo de vida judío y el culto judío fueron completamente prohibidos; la observancia del Sabbath, la circuncisión y las leyes cotidianas fueron prohibidas bajo pena de muerte, y Antíoco llevó a cabo una serie de duros decretos contra los judíos.

1:60 A las mujeres que habían circuncidado a sus hijos se las mataba, conforme al decreto, 1:61 con sus criaturas colgadas al cuello. La misma suerte corrían sus familiares y todos los que habían intervenido en la circuncisión.

Los hombres de Antíoco fueron de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo obligando a sus habitantes a que adorasen a dioses paganos. Un día llegaron al pueblo de Modein donde vivió un viejo sacerdote, Mattityahu (sacerdote de Modein y padre de los 5 hijos macabeos: Johanan, Judas (el principal guerrero), Simon, Eleazar y Jonathan. Así pues, en el capítulo 2, la historia empieza con los hombres de Antíoco construyendo un altar y ordenando que Mattityahu ofreciera sacrificio a los dioses griegos. Mattityahu respondió:

2:22 Nosotros no acataremos las ordenes del rey desviándonos de nuestro culto, ni a la derecha ni a la izquierda.

Después de esto, Mattityahu abandonó el pueblo de Modein y huyó junto con sus hijos a las montañas de Judea, y muchos judíos valientes y leales se unieron a ellos. Entonces, empezó la rebelión. Al final del capítulo 2 Mattityahu muere.

En el capítulo 3, después de la muerte de Mattityahu, su hijo Judas se convierte en líder.

3:1 El sucesor de Matatías fue su hijo Judas, llamado Macabeo.

Judas fue llamado “Macabeo” (Martillo) –palabra compuesta por las letras iniciales de cuatro palabras hebreas Mi Kamocha Ba’eilim Hashem, “¿Quien es como Tú, oh Dios?”–. Por eso la revuelta se llamó la Rebelión de los Macabeos. Realmente los macabeos no tenían ninguna oportunidad para ganar. El ejército sirio consistió en más de 40,000 hombres –era otro escenario como David contra Goliat– pero, como en la historia de David y Goliat, Dios obró un milagro y después de una serie de batallas, los macabeos recuperaron el Templo. ¿Qué encontraron allí?

4:38 Cuando vieron el Santuario desolado, el altar profanado, las puertas completamente quemadas, las malezas crecidas en los atrios como en un bosque o en una montaña, y las salas destruidas,

4:39 rasgaron sus vestiduras, hicieron un gran duelo, se cubrieron la cabeza con ceniza. 

Se pusieron a limpiar y restaurar el Templo, y finalmente lo rededicaron —que es lo que celebramos cada Hanukkah—:

4:52 El día veinticinco del noveno mes, llamado Quisleu… se levantaron al despuntar el alba

4:53 y ofrecieron un sacrificio conforme a la Ley, sobre el nuevo altar de los holocaustos que habían erigido. 

4:54 Este fue dedicado… justamente en el mismo mes y en el mismo día en que los paganos lo habían profanado.

4:55 Todo el pueblo cayó con el rostro en tierra y adoraron y bendijeron al Cielo que les había dado la victoria.

4:56 Durante ocho días celebraron la dedicación del altar, ofreciendo con alegría holocaustos y sacrificios de comunión y de acción de gracias.

En memoria de esta celebración, Hanukkah, se estableció una celebración de ocho días. Sin embargo, hay algunos detalles intrigantes y a menudo pasados por alto, conectados a esta descripción: la próxima vez, profundizaremos para poder comprender el significado profético de este Festival de las Luces (Chag Urim en hebreo).

CHAG URIM SAMEACH.

FELIZ HANUKKAH PARA TODOS MIS LECTORES MARAVILLOSOS.

[1] Génesis 17:10

[2] Hall RG. Epispasm: Circumcision in Reverse. Bible Review 1992; August: 52-7.

[3] 1 Corintios 7:18

[4] Pirkei Avot, 3:16

About the author

Julia BlumJulia is a teacher and an author of several books on biblical topics. She teaches two biblical courses at the Israel Institute of Biblical Studies, “Discovering the Hebrew Bible” and “Jewish Background of the New Testament”, and writes Hebrew insights for these courses.

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